El Gobierno dominicano ha sido cuidadoso en extremo para no ser arrastrado a la profunda crisis que vive Haití, agravada ahora por el control que sobre su territorio tienen pandillas criminales.
Ha sido correcta la postura adoptada y el cuidado puesto en las decisiones con relación a esa situación que vive el vecino país.
Manteniendo ese cuidado, las autoridades dominicanas han permitido que embajadas de países amigos y representaciones de organismos internacionales establezcan una especie de ruta aérea para la evacuación de su personal diplomático.
Se nos explicó que el método utilizado hasta ahora es que esas embajadas contratan helicópteros privados que llevan su personal hasta Jimaní y luego en aviones pequeños son traídos hasta el aeropuerto del Higüero en Santo Domingo con lo que se evita que personal militar dominicano se involucre en esas labores estando en territorio haitiano.
Existen fuertes indicios de que la situación de violencia en Haití continuará presente, con tendencia a que el control de las bandas armadas se acreciente porque no termina de materializarse la intervención internacional autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU.
La situación de hambre por la interrupción de las carreteras y el asedio de las bandas al comercio se hace cada día más notorio.
Las bandas tienen cerrado el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, instalación que controlan desde hace más de 20 días.
Las extracciones de personal diplomático continuarán y de seguro se extenderá a ciudadanos ordinarios de esos países que están en Haití.
República Dominicana debe continuar apoyando como lo ha estado haciendo hasta ahora, sin dejarse arrastrar al conflicto interno de Haití, que tiene indicios de irse agravando.
