El titular periodístico rezaba: ADP dice fue un éxito paro de la docencia.
Al llegar ahí, detuve la lectura del diario, miré hacia el cielo y me pregunté: ¿Un éxito para quién?
No fue, sin duda alguna, un éxito para los estudiantes que perdieron días de clase. Tampoco para el país que, según supe después, representa para el Estado una pérdida de más de doscientos millones de pesos diariamente. La lucha contra el analfabetismo sufrió, por su parte, un duro golpe que afectó a más de dos millones y medio de escolares que encontraron sus aulas sin profesores.
Entonces ¿de qué éxito estamos hablando?
La ADP (Asociación Dominicana de Profesores) erró el tiro, a mi humilde entender. Bajo ningún concepto se debe privar de la enseñanza a los escolares. Así no puede haber éxito para nadie.
Al momento de escribir estas líneas, una delegación integrada por expresidentes de la ADP nos da a conocer una iniciativa para que el Presidente de la República y los dirigentes del gremio de maestros se reúnan en estos días tranquilos de Semana Santa y busquen una solución al conflicto que tanto daño hace al sistema educativo.
Ojalá que tal encuentro se produzca y culmine en los frutos anhelados por todos.