La Comisión del Senado que hizo las evaluaciones de más de un centenar de profesionales que aspiraban a ser miembros de la Junta Central Electoral fue reconocida por la meticulosidad de su trabajo durante el proceso, lo cual despertó ciertas esperanzas de que se tomaría en cuenta los resultados, sin embargo, al final vino la decepción.
Si bien es cierto que los actuales miembros gozaban del reconocimiento social por el trabajo realizado en las pasadas elecciones, hay consenso de que la nueva inclusión respondió más a amarres políticos que a la evaluación.
Un show, nada más
Esas evaluaciones que se hacen para designaciones de órganos constitucionales que hace el Congreso y el Consejo Nacional de la Magistratura ha devenido en un simple show, porque al final las decisiones no se toman por las evaluaciones, sino por los amarres.
Quizás eso explique por qué ha despertado tan poco interés la convocatoria para los miembros de la Cámara de Cuentas, donde sólo unos diez profesionales han depositado la documentación de candidatos a formar parte de ese órgano colegiado.