Las autoridades de Núremberg, Alemania, ordenaron una evacuación masiva después de que se localizara una bomba de la Segunda Guerra Mundial durante unos trabajos de obra en una zona residencial. El artefacto, de unos 450 kilogramos, fue encontrado en Avenariusstrasse 35, cerca de la fortaleza de Veste, lo que obligó a establecer un perímetro de seguridad de 800 metros y cerrar calles, carreteras y servicios de transporte público.
Según el ayuntamiento, alrededor de 21.000 residentes del distrito de Großreuth tuvieron que abandonar sus viviendas en lo que describieron como “la mayor evacuación” realizada en la ciudad por un hallazgo de este tipo. A partir de las 19:30 horas, la policía comenzó a cerrar vías y a informar a la población mediante vehículos equipados con altavoces.
Para facilitar el desplazamiento de los vecinos afectados, se habilitaron autobuses lanzadera hacia el centro escolar de Berliner Platz, adaptado temporalmente como refugio. El operativo se extendió desde las 20:30 hasta aproximadamente las 2:20, hora local.

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La desactivación del artefacto estaba prevista para la noche del sábado y, poco después, el perfil oficial de la ciudad informó en la red social X: “La bomba aérea en la calle Avenariusstrasse ha sido desactivada. Los tres expertos tardaron menos de una hora. El artefacto ya ha sido cargado y será trasladado”.
La operación, una de las más amplias registradas en Núremberg, movilizó a 550 efectivos de emergencia, entre ellos bomberos, equipos de rescate, policía, especialistas en explosivos y personal de la Agencia Federal de Ayuda Técnica (THW). Durante el procedimiento se cerró el espacio aéreo sobre la zona y se suspendió temporalmente el transporte público para garantizar la seguridad.
Además, las autoridades habilitaron una línea telefónica especial para atender dudas e incidencias durante la evacuación.

Núremberg y sus recientes hallazgos históricos
Núremberg también ha sido noticia por descubrimientos arqueológicos relevantes. En marzo de 2024, un equipo de especialistas desenterró lo que podría ser la mayor fosa común encontrada en Europa mientras se realizaban obras para nuevos edificios residenciales en el casco histórico.
Se recuperaron alrededor de mil esqueletos humanos y se estima que el enclave pudo albergar los restos de más de 1.500 personas fallecidas durante epidemias de peste. El lugar se sitúa fuera de las áreas destinadas tradicionalmente a enterramientos, lo que indica la urgencia y magnitud de la crisis sanitaria de la época.

Según Melanie Langbein, del departamento local de conservación del patrimonio, las dataciones por radiocarbono y los fragmentos de cerámica y monedas hallados sitúan una de las fosas entre finales del siglo XV y comienzos del XVII, coincidiendo con algunos de los episodios de peste más severos de la ciudad.