
Se ganó su plaza en los Juegos Olímpicos de Tokio como miembro de un equipo sin bandera, pero al venezolano Eldric Sella nunca le faltó patria que honrar.
"Yo sigo representando a mi país, a los que se fueron y a los que están", dijo contundente el boxeador a BBC Mundo nada más debutar en Tokio este lunes como el primer latinoamericano de la historia del Equipo Olímpico de Refugiados.
Sella quería ser el rayo de luz para Venezuela en la arena tokiota, pero acabó dolorosamente noqueado en menos de dos minutos por un knock-out técnico del experimentado dominicano Euri Cedeño Martínez.
Pero aunque su paso por estos Juegos haya sido fugaz, no fue por ello fue menos meritorio.
"No todas las historias inspiradoras salen de una victoria", resumió el canal oficial de los Juegos, recopilando las alabanzas a Sella por parte de venezolanos alrededor del mundo tras su derrota.
El cuadrilátero del estadio tokiota de Kokugikan brillaba este lunes bajo enormes focos blancos, en el centro de un estadio de rojo intenso, con banderas de los distintos países de la competición y representaciones de maestros del sumo japonés colgados en las alturas.
En ese salón del sumo entró Sella hacia el mediodía, con rostro serio, concentrado, y los puños clavados hacia el suelo.
En los altavoces, sonaba la potente música de Lenny Kravitz (Are you gonna go my way?), y precediéndole iba un miembro de la organización alzando un cartel: "EOC". Equipo Olímpico de Refugiados.
El venezolano subió en control, pausado, frente a un competidor dominicano que saltó literalmente de un brinco al ring y le forzó a caer a la lona en cuestión de pocos segundos.
