El cáncer de mama es el tipo más frecuente y la causa más común de muerte por tumor maligno en mujeres a nivel mundial. Cerca de una de cada 12 mujeres enfermarán de esta condición a lo largo de su vida, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
María Ysabel González Curi, sirectora del Departamento de Imágenes Diagnósticas de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), describe esta patología como “una enfermedad devastadora que afecta principalmente a las mujeres”, pues también se presenta en hombres, aunque con menor frecuencia.
El cáncer de mama representa el 16% de todos los cánceres y su incidencia va aumentando en todo el mundo, asegura la médica radióloga.
La especialista señala que la detección precoz, a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de los casos de cáncer de mama, sigue siendo la piedra angular de la lucha contra este cáncer.
Añade que la tasa de supervivencia varía mucho en todo el mundo, pudiendo explicarse las bajas tasas en los países poco desarrollados, principalmente, a la falta de programas de detección precoz, que hace que un alto porcentaje de mujeres acudan al médico con la enfermedad en estado muy avanzado, pero también a la falta de servicios adecuados de diagnóstico y tratamiento.
González hace referencia a la edad donde se presentan la mayoría de los casos, indica que la máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero un pequeño porcentaje se diagnóstica en mujeres menores de 35 años, por lo que hace un llamado de atención a las más jóvenes a no descuidar sus chequeos.
Diagnóstico precoz
La experta enfatiza que las mejoras en el diagnóstico precoz y en los tratamientos de esta enfermedad han permitido que la supervivencia global aumente en los países desarrollados.
La radióloga manifiesta que existen pacientes con riesgo incrementado, que son aquellas personas que debido a sus antecedentes personales y familiares, presentan un aumento en la probabilidad de padecer esta condición. El nivel de riesgo de cada paciente será determinado por su médico.
Para establecer el diagnóstico del cáncer de mama se requiere cumplir con una serie de pasos, tres en específico, que incluye examen físico, imágenes y biopsia.
Las herramientas
González resalta que hay muchas herramientas para el diagnóstico temprano de este cáncer de mama, entre las que se encuentran la mamografía, tomosíntesis, sonografía, resonancia magnética, entre otras.
La médica especialista plantea que la mamografía sigue siendo el método de imagen más utilizado en el estudio de patologías de las mamas y es el método de elección para el “screening” (cribado) en pacientes mayores de 40 años que no presentan síntomas.
De igual manera, González también explica que la tomosíntesis, conocida como mamografía 3D, es una innovadora tecnología, que sirve como fusión de la mamografía digital 2D con la tomografía, siendo su objetivo mejorar el nivel de detalle y mantener la sensibilidad de la mamografía para evaluar los resultados. Esto se traduce en una mayor sensibilidad diagnóstica, y si existe una sospecha de lesión se pueden identificar su forma, tamaño y ubicación.
En la actualidad también se cuenta con la sonografía de mama, su indicación principal es como complemento, luego de un hallazgo en mamografía.
Se utiliza para distinguir entre lesiones quísticas y sólidas, benignidad o malignidad. La galena dice que es una de las principales herramientas utilizadas como guía para el abordaje de biopsia de lesiones sospechosas.
La sonografía de mamas es la primera línea en pacientes sintomáticas menores de 30-35 años y en embarazadas y lactantes, las cuales también pueden ser afectadas por esta enfermedad debido a que sus glándulas mamarias sufren importantes cambios en respuesta al estímulo hormonal. Agrega que es importante destacar que la sonomamografía es un complemento de la mamografía y nunca debe ser utilizada como un sustituto, a menos que las condiciones de la paciente así lo requieran.
Asimismo, la resonancia magnética de mamas (IRM) constituye una herramienta muy valiosa en el estudio de patologías mamarias. Tiene sus indicaciones muy específicas, sin embargo, no debe ser utilizada como reemplazo de la mamografía para el cribado o tamizaje en la población en general.
Es importante destacar que una IRM negativa no excluye la necesidad de biopsia de lesiones sospechosas en mamografía, sonografía o examen físico, advierte.
Sus principales indicaciones son detección de cáncer de mama oculto, evaluación pre-operatoria, hallazgos inconclusos en mamografía/sonografía, respuesta a quimioterapia neoadyuvante, diferenciar entre cambios post-quirúrgicos y recurrencia y tamizaje de mujeres con alto riesgo de cáncer de mama.
Chequeos de rutina
— Recomendación
La doctora también recomienda realizarse los chequeos de rutina, llevar un estilo de vida saludable y no sustituir la mamografía con la sonografía.
Los factores de riesgos más importantes
Dentro de los factores de riesgo más importantes están, haber sido diagnosticada previamente con cáncer de mama, de ovario, hiperplasia atípica y carcinoma in situ (que no se ha extendido), haber tenido dos o más familiares de primera línea con diagnóstico de cáncer de mama con menos de 50 años, tres o más parientes de primer o segundo grado con cáncer de mama en la misma rama familiar.
De igual modo, padecer de mutación en el genoma BRCA1, BRCA2, familiar con cáncer diagnosticado antes de los 35 años o que presente cáncer de ovario antes de los 49 años.
