SANTO DOMINGO.-Con la esperanza de mejorar su situación, cientos de mujeres haitianas cada año cruzan la frontera hacia la República Dominica, pero muchas de ellas nunca llegan, porque son asesinadas, violadas, vejadas o simplemente estafadas por los buscones que las dejan abandonadas en medio del monte.
Había una mujer, muy bonita, que estaba terminando la escuela. Cuando ella fue a cruzar por detrás la violaron, la mataron y la botaron. Nunca se supo de dónde era su familia. Esas cosas siempre pasan, si tú cruzas por el monte, este es uno de los tantos relatos de violencia reflejados en el informe Fanm nan fwontyè, Fanm toupatou(Mujeres en la frontera, mujeres en todas partes), una investigación auspiciada por Mujeres del Mundo y la Colectiva Mujer y Salud.
El informe también explica que la búsqueda del sueño dominicano también está marcada por la discriminación, la violencia verbal (amenazas, insultos, acoso), la violencia física, psicológica y sexual.
Sin embargo, añade, a pesar de la relativa frecuencia con que ocurren los casos de maltratos contra las mujeres haitianas, las tasas de denuncia de estos son muy bajas, tanto por la falta de conocimiento de sus derechos por parte de las mujeres, por el funcionamiento inadecuado de los servicios de atención en la frontera como por la impunidad generalizada hacia los perpetradores.
Viaje
La frontera dominico-haitiana es larga y porosa, con poca vigilancia en los trayectos rurales y montañosos por donde pasan muchas personas. Ahí las haitianas se ven expuestas a diferentes tipos de violencia – robo, atraco, violación sexual y hasta homicidio a manos de buscones, traficantes y delincuentes, indica el estudio, aunque no aporta datos específicos.
Señala que los actores involucrados en actividades de tráfico son varios, desde buscones y transportistas a guardias del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (CESFRONT).
Yo pagué 200 pesos a un señor, él siempre hace viajes, trae y lleva mercancía los días de mercado, los lunes y viernes. Le dan algo a los CESFRONT, unos 250 pesos en cada chequeo para cruzar. Cuando yo venía, él traía a 20 personas, algunos pagan 100 pesos, 200 pesos, depende de la persona, porque hay personas que él las trae a crédito y cuando terminan de vender le pagan, dijo Marielyne, oriunda de La Kas en el Plateau Central de Haití, indica el informe.
No obstante, los arreglos se vuelven más complicados cuando el destino del tráfico es la Capital.
El buscón va a Belladère a la parada de Puerto Príncipe o su punto estratégico que tiene al lado del hospital en Belladère, que también es un punto de negociación. Ahí hacen sus planes, su planificación. Y un poquito más para acá de la aduana haitiana, ahí está el aeropuerto. Ahí se sientan, se hace la negociación final, muchas veces ahí se entrega la mitad del dinero. Puede costar (RD$) 3000, 4000, o 5000, dependiendo Si eres un poco blanquita y puedes pasar por dominicana, hasta al salón te llevan, pero te cobran eso. Son profesionales, muy planificados. Ahí se hace el negocio, se pasa por detrás de la aduana, y te trae un motorista hasta la parada o un poquito más adelante, te monta en el vehículo y te vas dice en el texto.
El estudio también explica que hay varios choferes de guagua y personas particulares que se ganan la vida transportando a los haitianos indocumentados a Santo Domingo a quienes les cobran entre RD$3000 y RD$7000.
Si bien es un delito punible, el tráfico ilícito de personas, no necesariamente se puede considerar una violación de derechos humanos, ni violencia contra las mujeres de por sí, ya que muchas escogen pagar los servicios de traficantes en la ausencia del conocimiento o acceso a opciones legales de migración. No obstante, los fines de lucro y la clandestinidad en que operan los traficantes crean condiciones propicias para que se pueda ejercer otras violencias contra ellas tales como el engaño de buscones y choferes, violación sexual en el camino y la trata de personas, precisa el informe.
Hay un hombre que venía con una mujer para la capital y cuando llegó a mitad del camino la violó y la dejó botada. Eso pasa todo el tiempo porque él se dedica a llevar gente para la Capital. Ese señor vivía por allá donde el Barraco, ahora yo no sé dónde vive. Es un haitiano, como de 25 años, señala el estudio que dijo una joven al ser entrevistada.
La tragedia continúa
Hay otras haitianas que corren con mejor suerte y logran cruzar la frontera, pero la tragedia no termina ahí.
No es una casualidad que las migrantes encuentren trabajo fácilmente en casas de familia, sin embargo, debido a la informalidad de este tipo de empleo es normal que se creen las condiciones propicias para toda clase de abusos laborales y personales.
En el caso de las trabajadoras domésticas haitianas, especifica el informe, la invisibilidad de su trabajo, junto con su estatus migratorio e idiomático y el prejuicio contra ellas, hace que sean especialmente vulnerables en su espacio laboral.
Resalta que la jornada de trabajo del personal del servicio doméstico es larga e incluso excesiva (15 ó 16 horas al día, por término medio), sin días de descanso ni compensación por las horas extraordinarias; su salario suele ser muy bajo y se las somete también al acoso físico o sexual, a la violencia y los abusos.
Los salarios que reciben las trabajadoras domésticas que participaron en el estudio varían entre 500 pesos con dormida hasta 2,000 pesos mensualmente, siendo el promedio de 1,500 pesos, precisa.
La violencia más común que refieren las trabajadoras domésticas consultadas para este estudio es la violencia sexual, que incluye el acoso sexual, la oferta de dinero para tener relaciones y la violación sexual, normalmente ejercida por el patrón o algún miembro masculino de la familia que la emplea.