SANTO DOMINGO.-El Ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, expresó que este año unos 21,000 personas han visitado las Ballenas Jorobada en Samaná.
La temporada de observación de ballenas jorobadas estará abierta hasta el 31 de marzo.
Jorge Mera señaló que uno de los espectáculos que la naturaleza le regala a República Dominicana cada año en el Santuario de Mamíferos Marinos Bancos de la Plata y la Navidad, la cual permite anualmente, durante los meses de enero a marzo, que 2,000 a 3,000 ejemplares de estas especies lleguen a nuestras cálidas aguas a reproducirse.
Este santuario, nace de estudios científicos cuando en 1973 el Dr. Howard E. Winn, identificó el Banco de la Plata como un lugar especial a nivel mundial para la reproducción de las ballenas jorobadas. Estudios realizados por científicos dominicanos y norteamericanos entre 1980 y 1990, permitieron confirmar y resaltar la relevancia del Banco de la Plata como sitio clave para la supervivencia de las poblaciones de las ballenas jorobadas del Norte del Océano Atlántico.
Dentro de este período, en 1984, investigadores del Centro de Investigación de Biología Marina de la UASD (CIBIMA) participaron junto al Dr. George Nichols en una expedición al Banco de la Plata, y como resultado tanto CIBIMA como el Museo Nacional de Historia Natural de la República Dominicana asumieron el compromiso de convertir el Banco de la Plata en un Santuario para las ballenas jorobadas.
Alto porcentaje de llegada de ballenas
Se estima que entre un 80 a un 85% de la población total de ballenas jorobadas del Atlántico Norte, utilizan las aguas del Santuario de Mamíferos Marinos Bancos de la Plata y la Navidad como su lugar de preferencia para llevar a cabo funciones vitales de supervivencia.
Durante los meses que pasan las ballenas en esta zona del país, los mares de Islandia, Greenland, Canadá y América Norte, son muy fríos, por lo que las ballenas jorobadas se trasladan al Caribe, que posee aguas cálidas.
Esto permite que al momento de parir, los ballenatos, como se les llama a los bebés de ballenas, que nacen con una capa de grasa muy fina puedan soportar la temperatura de las aguas, situación que no fuera posible de nacer en el Atlántico Norte por el temple del mar.
La estadía en el Caribe permite además, que ese ballenato, que tiene entre tres a cuatro metros, desarrolle una capa grasienta protectora y toda la fuerza que necesita para seguir a su madre en el viaje de vuelta.
Las ballenas jorobadas pueden nadar a una velocidad de 27 kilómetros por hora y recorren hasta 5,250 kilómetros de distancia cuando migran a sus áreas de alimentación. Cuando están en República Dominicana estos animales marinos no se alimentan, exceptuando los ballenatos que consumen hasta 50 galones de leche.
Más sobre las ballenas
La cola de las ballenas jorobadas, poseen patrones en blanco y negro que la hacen distinguirse una de otra. Para los investigadores, la cola de la ballena es similar a las huellas dactilares de los seres humanos. Gracias a esta investigación que se realiza cada año durante la temporada se puede conocer e identificar el cetáceo y el uso que le da al santuario.
Tal es el caso de la ballena “Sal”, fotografiada por primera vez en el 1976 en República Dominicana, de igual forma, fue la primera ballena en ser capturada por un lente en Estados Unidos, donde se confirmó parte de la ruta de migración de las ballenas jorobadas.
Esta foto identificación ha permitido seguir la huella de
“Sal”, quien hasta ahora tiene 14 hijos, 8 nietos y 3 bisnietos registrados en República Dominicana.
Estos estudios han permitido que hasta la fecha se hayan identificados más de 2,000 colas de ballena, gracias a que en cada temporada al catalogo que posee el Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno (CEBSE), se le añaden entre 80 y 120 colas nuevas.