BONAO, Monseñor Nouel.- Alicia Hernández es madre de dos niños y para ella la nueva estancia infantil Lino Abreu, que entregará hoy el presidente Danilo Medina, ha devuelto la vida a un barrio que estaba muerto y olvidado.
La joven madre recibió una inmensa alegría cuando se enteró, estando embarazada, de que en el solar baldío frente a su casa, donde solo habitaban vacas y mosquitos, se construiría una estancia infantil.
Hernández manifiesta que: “Antes esto era muerto y olvidado y ahora hay más gente que transita por aquí y tiene más conocimiento de lo que existe”.
La construcción de la obra contribuyó a que su estado de gestación transcurriera en profunda paz, ya que tendría un lugar seguro donde cuidarían a su hijo, frente a su casa y en un ambiente más sano para los residentes del sector Puerto Rico.
Los beneficios también se extienden a otros miembros de su familia, como es el caso de Nicolasina Pérez, tía del esposo de la joven Hernández, quien laborará como coordinadora en la nueva estancia infantil y también tendrá a una de sus hijas bajo el cuidado del centro.
La nueva estancia infantil ha significado un cambio del cielo a la tierra para María Justina Batista, otra residente de la comunidad: “Yo misma me siento orgullosa de esto porque detrás de mi casita lo que había era un ordeñadero de vacas y el progreso que se está viendo en este sector es demasiado grande, en muy poco tiempo¨.
“Veo que Danilo se preocupa mucho por salir y sacar adelante a los jóvenes, a los niños, muchas escuelas, se ve que está trabajando”.
Cada día más cambios
La estancia beneficia de forma directa a 226 familias y genera más de 25 empleos en la comunidad.
“Demasiados cambios hemos vistos y cada día vemos más cambios, quien vio esto por aquí y lo ve ahora, cuando llovía esto se llenaba, el rio Yuna se desbordaba y era un solo tablazo de agua, ya eso no se ve por aquí, antes había que sacar la gente hasta en camiones y refugiarlo, esto ha cambiado”.
Una vuelta del cielo a la tierra
María Mercedes, es otra abuelita de la comunidad que ve con beneplácito el cambio de un solar baldío por una estancia, “eso era una cerca de vaca, lo que hacíamos era cortar escoba y mire a lo que hemos llegado, tenemos un barrio muy lindo, una escuela y una estancia muy lindas, una vuelta del cielo a la tierra”.
Resalta José Muñoz, Técnico Supervisor de Participación Comunitaria del INAIPI, que las estancias infantiles se han convertido en una fuente de progreso incalculable, ya que además de remozar el entorno, benefician de forma directa a 226 familias con el cuidado y alimentación de sus hijos, y generan más de 25 empleos para miembros de la propia comunidad.