WASHINGTON.– Los restos del expresidente George H.W. Bush viajaron ayer con destino a Washington, D.C., y trasladados al Capitolio para yacer en capilla ardiente, mientras el país rinde tributo al 41.º presidente estadounidense por una carrera que comenzó en la Armada, durante la II Guerra Mundial, y terminó con cuatro años como presidente y que sus admiradores dicen se caracterizó por su decencia, generosidad y amabilidad.
Despedido en Texas con 21 cañonazos, el féretro de Bush fue llevado a la base Andrews de la Fuerza Aérea, en las afueras de Washington, en un avión usado a menudo como aeronave presidencial.
El también expresidente George W. Bush —el hijo mayor del exmandatario fallecido— y Laura, la esposa de este, abordaron el avión para el vuelo a la Base Andrews de la Fuerza Aérea.
El general retirado Colin Powell, que como jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas fue el principal asesor militar de Bush, dijo en declaraciones a la cadena ABC que Bush fue “el estadounidense perfecto”, por haber servido al país en tantas capacidades diferentes, y será recordado por “una vida de calidad, una vida de honor, una vida de honestidad, una vida de preocupación total por el pueblo estadounidense”.
Servicio fúnebre
Un servicio funeral se realizará mañana en la Catedral Nacional de Washington. El presidente Donald Trump y su esposa Melania asistirán.
Capilla ardiente
— Los honores
George H.W Bush, que fue presidente desde 1989 hasta 1993, yacerá en capilla ardiente en el Capitolio para una ceremonia y visitas del público hasta mañana. La familia Bush no ha dicho quién hablará en el servicio fúnebre.