Barahona.-A pesar de tener capacidad para mover unas 60 aeronaves por hora y de ser promovido en importantes ferias turísticas internacionales y nacionales, el aeropuerto Internacional María Montez (AIMM) no ha llenado su cometido.
Según Yolanda Mañán, directora de Comunicación Corporativa de Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI, S. A. (Aerodom), el aeropuerto es una obra que tiene 18 años y sólo atiende un promedio de 140 vuelos privados al mes.
Mañán explicó que aunque el aeródromo tiene el potencial y la clave para conectar a la región Sur del país, eso no es suficiente para determinar la factible rentabilidad de una ruta.
La realidad es que esta terminal necesita que todos los actores que integran la cadena unan esfuerzos en la proyección y oferta turística de Barahona, ya que esta es la punta de lanza para que la misma genere un repunte económico y laboral.
“El desafío de la terminal está en que para lograr el desarrollo de sus operaciones con vuelos hacia y desde República Dominicana se necesita contar con una oferta hotelera competitiva, gastronómica y de entretenimiento que sea capaz de despertar el interés de los visitantes”, dijo.
Esto es determinante para atraer aerolíneas a esa zona del país.
La infraestructura no basta
Aclaró que aunque para una aerolínea es importante la capacidad y seguridad de un aeropuerto, no es menos cierto que es determinante el interés que la oferta turística del destino genere en sus visitantes.
Promoción sin resultados
La comunicadora destacó que promueven los aeropuertos que operan en importantes ferias turísticas internacionales, tales como Routes World y Routes Americas, ITB Berlín, FIT, Argentina; WTM, Londres; Fitur, España; MITT, Moscú, y ABAV, Brasil; mientras que a nivel local cada año tienen presencia en DATE, Discover POP, Vacaciones CTN y la Expo Asonahores y aún así la terminal no ha logrado el repunte que debería tener como cualquier otro del país.
“Hemos tenido conversaciones con líneas aéreas nacionales e internacionales para fomentar el interés en la provincia y evaluar la posibilidad de que en un futuro cercano contemos con servicio regular desde y hacia al Aeropuerto Internacional María Montez”, dijo.
La comunicadora manifestó que este no cuenta con operaciones comerciales regulares en la actualidad, sin embargo, algunas empresas privadas localizadas en la zona realizan sus operaciones aéreas.
De igual forma, acoge las operaciones tanto del Ejercito dominicano, como del Comando Sur de los Estados Unidos.
El juego está “trancao”
Para Altagracia Sena, residente de Barahona y exempleada del aeropuerto, esta situación es desconsolante. “Con una inversión de esta envergadura y el potencial turístico de la zona, el nivel de desempleo que registra, Barahona tiene un gran desafío y no se vislumbra una solución a corto plazo”, aseveró.
Sena entiende que si la terminal estuviera trabajando a toda capacidad esto generaría un mayor flujo de visitantes, repercutiendo de manera positiva en el dinamismo de la economía, la competitividad y la empleomanía de Barahona.
“Todos los que trabajan con la proyección turística y económica tienen que buscar soluciones para cambiar esta condición y entender que hay que sacar del hoyo a una zona rica pero empobrecida, que juega a tener de todo un poco y a no devolver así el fruto de sus riquezas por la alta tasa de desempleo, la emigración e indigencia que exhibe”, apuntó.
Una inversión inoperante
El AIMM tiene una pista restaurada a un costo 30 millones de dólares, con una dimensión de 3,000 metros de largo por 45 metros de ancho, con capacidad para recibir tres aeronaves de cuerpo ancho.
Tiene una plataforma para estacionamiento de aeronaves de 40,000 metros cuadrados, y una calle de rodaje de 300 metros de largo por 25 de ancho que facilitan las operaciones de aeronaves de gran envergadura y tamaño.
Tiene un área de 5,376.75 metros cuadrados de estacionamiento para vehículos, facilidades de salvamento, extinción de incendios, y suministro de combustible de aviación. Fue inaugurado el 27 de abril de 1996 y está ubicado frente a las costas de Barahona.