Los proyectos políticos han desarrollado un nuevo tipo de “espionaje”, el de las encuestas a las que la población lez otorga buenos niveles de credibilidad, como es el caso de la Gallup-Hoy.
También han desarrollado una “estrategia de confusión” lanzando números de otras supuestas encuestas para contrarrestar los resultados que saben darán las firmas con credibilidad