Esperanza

Esperanza

Esperanza

La vida da golpes duros, muy duros. De esos que remueven tu mundo tal y como lo conoces y nada vuelve a ser lo mismo.

Es entonces cuando necesitas más que nunca creer que mañana será otro día. Sentir que lo que hoy te tiene tirado en el suelo, mañana será la razón por la que te vas a levantar y seguir hacia delante.

Necesitas aferrarte a que todo lo malo pasa y no volverte loco en el intento. La esperanza es vital para sobrevivir, sin ella ese lado malo de la vida gana y no lo puedes permitir, ni por ti ni por aquellos a quienes amas.

En los momentos más oscuros, en esos en los que no ves el camino porque no tienes el impulso para hacerlo es cuando debes creer en ti, en tu fortaleza… Aferrarte a la esperanza de que todo va a mejorar, pero depende de ti dar ese paso, de nadie más, aún cuando llegue ayuda si tú no asumes esa decisión no avanzas.

Y te preguntarás por qué hablo hoy de esto cuando entramos en una época tan maravillosa como la Navidad, precisamente porque siento que en estos momentos “felices” es que lo doloroso es más fuerte.

Y es necesario hablar de lo malo, de las tristezas, de las decepciones, de las amarguras porque existen más de lo que pensamos y detrás de muchas sonrisas hay demasiadas lágrimas.

Y ese sentir colectivo de que todo es perfecto que nos invade hoy en día está logrando que cada vez las personas estén más solas con sus problemas.

Por eso quiero gritar, si es necesario, que no pasa nada si estás mal, que todos vivimos momentos duros, pero cree de verdad que mañana será otro día.
Levántate, mereces demasiado la pena. La esperanza es real.



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