España superó a Noruega el mes pasado convirtiéndose en el mayor exportador de gas natural licuado. El país del sur europeo nunca había producido el combustible.
Este giro es consecuencia de la crisis que dejó a más de la cuarta parte de los trabajadores de España sin empleo cuando la economía se debilitó durante nueve trimestres seguidos.
Las empresas de servicios públicos que firmaron contratos para comprar GNL antes de la regresión están lidiando ahora con un sexto año consecutivo de demanda interna en baja, lo cual las lleva a reexportar los cargamentos.
La operación se ve respaldada por los precios en Asia y Sudamérica que son un 30 por ciento más altos que en Europa.