Tres abogados, que se esfuerzan en los tribunales y dedican tiempo a estudiar temas jurídicos, aprovecharon el Almuerzo Semanal del Grupo Corripio para señalar numerosos entuertos del proyecto de Código Penal, que va camino a ser nuevamente aprobado por el Congreso Nacional.
Sus planteamientos y advertencias son tan lógicos que resulta incomprensible que los legisladores no se hayan tomado el tiempo para prestarles atención.
Las discusiones públicas sobre la reforma a esa importante legislación han sido copadas por activistas a favor o en contra de la despenalización del aborto en dos o tres causales.
Sin restarle importancia a la discusión sobre ese tema, los juristas han llamado la atención sobre otros aspectos de altísima relevancia que pueden afectar la cotidianidad de toda la población, incluidas las mismas autoridades que hoy tienen la responsabilidad de aprobar esa pieza legislativa.
No encontramos ninguna justificación para que se ignore el llamado de atención en temas que son estrictamente jurídicos y en cuya discusión la academia y la clase jurídica están llamadas a hacer grandes aportes.
Las posturas en torno al artículo referente al aborto pueden estar cargadas de un alto contenido ideológico, pero hay muchos otros señalamientos que son de sentido común o de estricto contenido técnico jurídico.
No se trata de boicotear la aprobación del Código Penal ni de que se apruebe a como dé lugar, sino que esa legislación normará a la sociedad en su conjunto y, por tanto, hay que ser cuidadoso con lo que se aprueba o se suprime.
Muchas de las observaciones hechas por esos tres juristas son importante y pueden contribuir a que con la aprobación del nuevo código no tengamos que recurrir al dicho de que “ha sido peor la cura que la enfermedad”.