Mediante mecanismos previamente establecidos en la flamante Constitución, el país tiene por delante la delicada tarea de escoger a los que han de ser nuevos integrantes de importantes instituciones del Estado.
Los órganos que deben ser reestructurados a través de especiales procedimientos de selección son la Cámara de Cuentas, la Suprema Corte de Justicia, la Junta Central Electoral, la oficina del Defensor del Pueblo y talvez alguna otra que ahora no me viene a la memoria.
En todos los casos, se trata de buscar a los mejores hombres y mujeres para cada función pública. Ojalá que los ciudadanos sobre quienes recae esta vez la facultad de elegir, lo hagan a conciencia y sin dejarse influir por motivaciones partidistas, para que de su trabajo salgan instituciones vigorosas y confiables.
Muchas veces nos quejamos de que el Estado funciona mal, sin darnos cuenta de que ello depende mayormente de nosotros mismos, que cuando tenemos la oportunidad de contribuir a mejorar una situación nos cruzamos de brazos y dejamos todo en manos ajenas. Aprovechemos esta vez, seamos mejores dominicanos y menos políticos partidistas.