Esclavos en Santo Domingo durante la época colonial: reclamos de la libertad

Esclavos en Santo Domingo durante la época colonial: reclamos de la libertad

Esclavos en Santo Domingo durante la época colonial: reclamos de la libertad

El AGN resguarda expedientes sobre ahorramientos y manumisiones pagadas por esclavos para obtener su libertad.

La esclavitud como práctica general, y la vida de cada esclavo en particular, forman historias impresionantes que han motivado el análisis de las causas para la implantación del régimen esclavista, las secuelas en las comunidades de donde se extraían los esclavos, el impacto en las colonias donde eran comercializados y las circunstancias que llevaron a la abolición de ese mecanismo de explotación humana.

Desde el siglo XVI La Española se convirtió en fuente de recursos y centro de operaciones de la Corona en América.

Desde el siglo XVI La Española se convirtió en fuente de recursos y centro de operaciones de la corona española en el continente americano.

A cambio, sufrió la explotación y extinción de los aborígenes y acogió miles de esclavos importados para extraer oro y sostener la naciente industria azucarera.

Con la esclavitud llegaron los alzamientos, las cimarronadas y una variedad de disposiciones que regulaban los escasos derechos y muchos deberes de la población esclava.

La esclavitud
Posiblemente un segmento de la población dominicana desconozca el alcance de la esclavitud en Santo Domingo y, más aún, que nuestros archivos conservan cientos de documentos originales sobre compraventa, cartas de libertad, ahorramiento, y otras transacciones con esclavos.

El Archivo General de la Nación conserva los fondos producidos durante el periodo colonial por los cabildos de Higüey, El Seibo y Bayaguana, donde se hallan expedientes sobre ahorramientos y manumisiones pagadas por esclavos para obtener su libertad o la de sus hijos y su pareja, también hay documentos sobre esclavos que a pesar de su avanzada edad, pagaron para lograr su libertad.

Igualmente, manuscritos que revelan capacidad de acción de esclavos y libertos dentro del sistema judicial de la sociedad esclavista, donde actúan en la justicia durante las últimas décadas de esclavitud en Santo Domingo, como el caso del esclavo Antonio de Sosa.

Reclama su libertad
Una Real Provisión del año 1766, evidencia que la reclamación de libertad del esclavo Antonio de Sosa contra Alejandro Mejía llegó al conocimiento de la más alta autoridad, el rey don Carlos, quien consideró necesario atender la solicitud del reclamante para que fueran escuchadas las declaraciones de sus testigos.

La Real Provisión enviada por el Rey a la Justicia ordinaria de la ciudad de San Juan Bautista de Bayaguana ordenaba a la Audiencia y Cancillería Real de la ciudad de Santo Domingo, se sirviera mandar, que los testigos ratificaran sus respectivas declaraciones, en el caso relacionado con una litis iniciada por “el moreno Antonio de Sosa, quien reclamaba su libertad, contra Alejandro Mejía”.

Las declaraciones del esclavo y de los testigos describen el origen del conflicto y las razones que motivaron a Antonio de Sosa para demandar su libertad, no obstante saber que enfrentaba al Gobernador de Bayaguana, pues según consta en el expediente, el esclavo advirtió a las autoridades judiciales sobre el poder de su demandado, al indicarles que “Alejandro Mejía es persona de todo valimiento en la ciudad de Bayaguana, como que es el gobernador de allí, siendo dificultosísimo el que en su contra quisieran declarar la verdad los que la supieran, mucho más en su presencia”.

Por esto Antonio de Sosa pedía que se ordenara a los alcaldes ordinarios de Bayaguana para que obligaran a los testigos a declarar.
Antonio de Sosa era explícito en los asuntos sobre los cuales quería que fueran interrogados los testigos: 1º.

“si su parte (su persona) siempre se mantuvo en poder de los esposos Michaela Francisca y Salvador de Sosa, y aunque este último falleció antes que aquella, continuó en poder de la expresada Michaela sin que lo reclamase Alejandro Mejía”. 2º. “que digan si saben y les consta que la expresada Michaela Francisca en virtud del dominio que tenía sobre él después del fallecimiento de Salvador de Sosa, su marido, públicamente decía que Antonio de Sosa había de ser libre luego del fallecimiento de ella, en cuya virtud aun en vida era tratado como tal”.

Igualmente, solicitaba que los testigos confirmaran si “les consta que habiendo salido de esta ciudad el ayudante mayor Joaquín Cabrera, con comisión para marcar los negros esclavos de toda esta vuelta de Bayaguana, habiendo llegado a la casa de Michaela Francisca, aunque todos (los esclavos) quedaron marcados y sellados, mi parte quedó reservada de esta señal, sin que Alejandro Mejía ni su mujer reclamaren sobre el asunto cosa alguna, aunque marcaron también todos sus esclavos”.

También pedía que se interrogara a Nicolás Pimentel con relación al hecho de que Francisco Ayala, escribano de la villa de Higüey, le dijo que le avisase que era libre y que por su mano había corrido la carta de libertad.

Las declaraciones que la Real Provisión mandaba a confirmar la había dado María del Carmen, morena libre, quien declaró que Michaela le había expresado que estimaba tanto a Antonio que hasta carta de libertad le tenía hecha.

También Phelipe de Olmos, expresó que en 1764, a propósito del momento en que Joaquín Cabrera estuvo sellando los negros, Michaela Francisca le expresó que marcaba a todos sus negros menos a Antonio de Sosa, porque lo tenía para horrado.

En iguales términos fueron las declaraciones de otros testigos, como Nicolás Pimentel, Ysabel Pereyra, Joseph Amparo y Andrés Soriano, quienes ratificaron las afirmaciones de Antonio de Sosa.

El expediente no contiene la decisión final del tribunal sobre la demanda del esclavo, sin embargo, pone en evidencia la capacidad para reclamar su libertad en base a la manifiesta intención que tuvo su dueña de manumitirlo inmediatamente ella muriera.

El esclavo sabía que varios vecinos conocían el deseo de su propietaria y por eso tenía cierta seguridad de que estos iban a declarar a su favor, tal como sucedió.

En Bayaguana

—1— Un careo
El rey dispuso que los testigos ratificaran sus testimonios, pero el reclamante temía que se amedrentaran ante el gobernador de Bayaguana, Alejandro Mejía.
—2— Sosa insiste
Quería su libertad y no cejó en ningún caso en sus propósitos de alcanzarla por las buenas.

*Por JOSÉ M. VÍLCHEZ (SUBDIRECTOR DEL AGN)

 



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