En estos momentos lo que menos necesita la Junta Central Electoral es distracciones que le aparten del complejo trabajo de organizar de manera simultánea la elección de candidatos para más de 20 partidos y elecciones en febrero y mayo de 2020.
Por eso hay que pensarlo bien para iniciar un proceso de reestructuración de ese órgano con la eventual designación de un nuevo titular, lo cual de seguro implicará una búsqueda de consenso entre los partidos o una crispación.