La decisión del Banco Central de reducir en 25 puntos básicos su tasa de interés de referencia (de 7.75 % a 7.50 %) va en la dirección de estimular la actividad económica en lo que resta del año. No es un secreto para nadie que la economía se ha desacelerado en los primeros siete meses del año.

Según los datos del Banco Central, la economía, apenas, creció 1.4 % durante los primeros siete meses del año. A pesar de que, en el mes de julio creció 2.9 %, y casi todos los sectores tuvieron crecimiento positivo, será un gran reto para las autoridades económicas y monetarias que alcance la meta de crecimiento del PIB de un 4.0 %.

Para lo que resta del año, desde agosto hasta diciembre, la economía dominicana tendrá que crecer en la vecindad del 7.0 % para alcanzar la meta de crecimiento del 4.0 %. Si a esto se suma que el entorno económico internacional está desacelerado, tanto la economía mundial como las principales economías, resulta una mala noticia para los hacedores de la política económica.

La política monetaria, por parte del Banco Central, fue eficaz para converger la inflación a su nivel meta de un 4.0 %, pero el coste de esa convergencia ha sido una caída en la actividad económica. Se trato de un “aterrizaje suave” pero el “avión necesita combustible para despegar”.

Es por esto por lo que las autoridades monetarias y económicas necesitan apurar el paso para impulsar la actividad económica.

Las metas son flexibles, nunca una camisa de fuerza, y más cuando nuestros competidores y socios comerciales crecerán menos. Los Estados Unidos, principal socio comercial del país, crecerá en la vecindad del 1.9 %, China, que es nuestro segundo socio comercial, recortó su meta de crecimiento, ubicándola en 3.0 %, y América Latina y el Caribe crecerá alrededor del 1.9 %.

Lo más factible que pudieran hacer las autoridades es recortar su meta de crecimiento del 4.0 %, ubicándola en un 3.0 %. El entorno económico internacional induce al realismo. El mundo crecerá menos.