Hace unos meses Facebook, empresa dueña de varios servicios y plataformas como WhatApp e Instragram, entre otras, realizó uno de los cambios de perspectiva más significativos en su historia, que la llevó a cambiar incluso su nombre a Meta.
Esta noticia ha puesto todas las miradas en esta nueva área de la tecnología, el metaverso, un término que apareció por primera vez en el año 1992 en la novela Snow Cash, del autor estadounidense Neal Stepheson.
En esta obra, Stepheson planteaba una realidad generada por computadoras en donde los usuarios podían disfrutar de una realidad paralela al mundo real. Para poder ingresar a este universo, los usuarios sólo necesitaban de unas gafas especiales acompañadas de la tecnología requerida para conectarse a este metaverso.
Entorno virtual
Partiendo del concepto de esta novela podemos ver cómo, no sólo la empresa Meta, propiedad de Mark Zuckerberg, sino un sinnúmero de otras empresas se han enmarcado en la construcción de un entorno virtual en tercera dimensión, en la cual sus usuarios puedan interactuar a través de su avatar (persona virtual) usando las tecnologías en el mercado de realidad virtual (VR), realidad aumentada (AR) y realidad mixta (MR).
Con esta idea muchos fabricantes y empresas, tanto de videojuegos como de redes sociales, buscan dar el gran paso de interconectar los usuarios a nivel global ya sea en juegos, reuniones con sus amigos o compañeros de trabajo, en los espacios públicos o privados y cualquier interacción que se realice en la vida real, pero esta vez en el metaverso.
Para que este sistema de metaverso funcione es imprescindible recurrir a diferentes formas de pagos digitales, como criptomonedas o los NFT que son certificados digitales de propiedad que garantizan que un bien virtual le pertenece a un usuario. Posibilitando la adquisión de bienes o servicios alojados en este mundo virtual.
Concepto o realidad
El metaverso, que es más un concepto que una realidad debido a la necesidad de tecnologías en desarrollo requeridas, ha generado una competencia entre empresas privadas y empresas libres que buscan crear estos entornos de integración virtual 3D.
Las empresas privadas apuestan a un metaverso centralizado, que es aquel que le pertenece a una compañía y esta es dueña de todos los datos generados y almacenados, teniendo así la empresa control sobre toda la información que se genere en este mundo virtual.
Por otro lado, metaversos descentralizados (libres), siendo una realidad virtual generada por computadoras en donde todos los datos y servidores están distribuidos en diferentes empresas o usuarios, permitiendo que las personas puedan pasar de un metaverso a otro de forma libre y sin tener una centralización de datos que pueda terminar en fuga o mal uso de estos.
En esta carrera digital, aún sin fecha específica de lanzamiento, son muchos los gigantes tecnológicos que están apostando a esta nueva e inmersiva realidad para sus usuarios, de la cual podemos sacar mucho provecho, aunque también representa un riesgo, tanto de seguridad de los datos, como problemas de adicción y posible disociación de la realidad, no obstante, genera innumerables oportunidades económicas, sociales y educativas que transformarán la forma en como utilizamos en el internet.
Ideas e inversión
Desarrollo. Esta nueva tecnología, en boca de todos, ha motivado a que grandes compañías inicien la creación de ideas e inversión de grandes sumas de dinero para su desarrollo, un ejemplo es la marca de automóviles BMW, la cual ya trabaja en construir una réplica virtual de sus fábricas para generar ventas en el metaverso.
Otros ejemplos son diseñadores de modas para los avatares o personas virtuales y empresas inmobiliarias para las ventas de inmuebles digitales.