Varias de las cosas que hoy son normales y cotidianas parecerían una locura cuando se inventaron.
La revista Semana, de Bogotá, Colombia, reproduce en una reciente entrega algunos de los pronósticos más equivocados al respecto, formulados con tantas autoridad por muchas personas, que nadie podía ponerlos en duda.
Thomas Alba Edison, por ejemplo, afirmó en 1892: La moda de la radio pasará con el tiempo. Y el filósofo Lord Kevin, en 1900, dijo sin rubor alguno: Los rayos X son un engaño.
Otras frases equivocadas dichas por gente que no podía equivocarse, fueron las siguientes:
Todo lo que puede ser inventado ya se ha inventado (Charles Duell, director de la oficina de patentes de los Estados Unidos, 1899).
A pesar de que la televisión es teórica y técnicamente factible, comercialmente la considero un imposible. No veo a la gente sentada en la sala mirando una caja cuadrada (Lee De Forest, inventor del tubo catódico, 1926).
No le veo posibilidades comerciales al avión. ¿Quién va a cambiar la comodidad de un trasatlántico por una jaula con alas? (Harold Jones, director de la naviera Cunard después del viaje de Lindbergh, 1927).
(Para 1940) la teoría de la relatividad será considerada como un chiste (George Francis, ingeniero norteamericano, 1929).
La posibilidad del viaje por el espacio es una absoluta tontería (Richard van der Riet Wooley, al posesionarse como Astrónomo Real británico, 1956).
No existe ninguna razón para que el individuo tenga un computador en su casa (Ken Olson, presidente digital Equipment Corp., 1977).
640 k debería ser suficiente para cualquier persona (Bill Gates, presidente de Micrsoft, 1981).
Creo que existe un mercado mundial como para cinco computadoras (Thomas Watson, presidente de IBM, 1943).
La bomba atómica nunca explotará, y hablo en calidad de experto en explosivos (Almirante Willian D. Leahy, dándole consejos al presidente Truman, 1945).
No nos gusta su sonido. Los grupos con guitarra están pasando de moda (Ejecutivo de la compañía de grabaciones Decca, rechazando a los Beatles, 1962).
La clonación de mamíferos es biológicamente imposible (James McGrath y Davor Solter, en la revista Science, 1984).
Conclusión: hasta el más sabio se equivoca, siempre hay lugar para las utopías.