Londres.- Veinte años después de la muerte trágica de Lady Diana, una exposición en Londres muestra como la princesa de Gales sacudió los códigos indumentarios de la familia real británica y ascendió a símbolo de la moda.
De los atuendos sencillos de sus primeras apariciones en la prensa, a sus grandes vestidos de noche, la exposición «Diana: su vida a través de la moda», que abre el público este viernes, retrata la evolución del estilo de la princesa de Gales y la afirmación de su personalidad.
«Ganó confianza a lo largo de su vida, asumiendo más y más el control de la manera en que se la representaba, comunicándose inteligentemente a través de sus vestidos», explicó Eleri Lynn, comisaria de la exposición en el palacio de Kensington, donde vivió 15 años.
Decidida a asumir plenamente su feminidad, la que fue una de las mujeres más fotografiadas del mundo modernizó el estilo de la Casa Real.
Entre las prendas más celebradas, está el vestido largo de terciopelo azul oscuro de Victor Edelstein que llevó a una cena en la Casa Blanca ofrecida por el presidente Ronald Reagan en 1985, con el que bailó con el actor John Travolta al ritmo de la canción «You Should be Dancing».
Apodado «Travolta», el vestido se vendió en subasta por 250.000 libras (297.000 euros, 311.000 dólares) hace 3 años.
Otra prenda reseñable es el vestido de seda que lleva en cenas privadas en el palacio de Buckingham en los años 1980, y en el que se pueden apreciar unas marcas de dedos pequeños de uno de sus hijos, Guillermo o Enrique.
Tras el divorcio, vestidos más atrevidos
La exposición sirve asimismo para constatar como la esposa del príncipe Carlos, una de las mujeres más fotografiadas de la historia, usó su indumentaria con fines diplomáticos. El «vestido del halcón dorado» es un ejemplo.
Diana llevó esta prenda de la diseñadora Catherine Walker en una visita a Arabia Saudí en 1986. El vestido de seda color crema llevaba unos halcones dorados bordados, y este pájaro es un símbolo nacional saudita.
Pero fue la ruptura de los códigos reales para entregarse a un estilo más funcional lo que la permitió pasar de «princesa de Gales» a «princesa del pueblo», como la bautizó tras su muerte el entonces primer ministro Tony Blair.
Diana reunió un «vestuario de trabajo» más informal, compuesto de trajes-chaqueta de Catherine Walker y otras prendas de sastrería con los que era frecuente verla en sus proyectos caritativos.
Estos trajes estaban diseñados para transmitir accesibilidad en actos de beneficencia, como sus reuniones con personas seropositivas o sus visitas a los niños en el hospital.
Después de su separación del príncipe Carlos en 1992, Diana optó por la osadía y los vestidos más cortos y ceñidos, como el que lució en 1997 en una subasta de caridad, y que integra también la muestra.
La exposición se extiende del palacio a sus jardines, donde sus hijos anunciaron su intención de colocar una estatua de su madre, para conmemorar el 20º aniversario de su muerte, el 31 de agosto de 1997 en un accidente en la carretera bajo el puente de Alma de París, cuando era perseguida por paparazzi.