Si realmente somos diez millones de dominicanos, la recaudación récord de la DGII para el año 2017, de RD$386,182 millones, significaría que si todos (incluidos niños y demás que no están económicamente activos) hubiéramos contribuido por igual, cada uno tributó RD$38,618.00.
Si realmente el PIB dominicano ronda los US$75,000 millones, o sea unos RD$3,600,000,000,000.00, quienes arguyen que la presión tributaria es baja podrían invocar la simple división para justificar que con recaudaciones totales de menos del 10 % de la riqueza generada, hay que aumentar los impuestos.
Pero esa enorme suma recaudada por la DGII es pagada mayormente por una minoría, que son empresas formales o asalariados. Para meter en cepo a quienes evaden, eluden, trampean, roban o simplemente por pobres ignoran, existen altísimos impuestos a combustibles, telecomunicaciones, ITBIS, aranceles y un largo etcétera.
Esto significa que más de un 40 % del ingreso de la clase media termina en las arcas del erario “buchú”. Debemos felicitar al ministro de Hacienda y a la DGII por su eficiencia, pero ¡aprieten menos a los pagadores!
