Entristece el sector farandulero
Entristece el alma ver cómo el sector farandulero acrecienta su agresivo intrusismo, enrarece y pervierte el ambiente de la opinión y el debate nacional.
Los advenedizos tiñen de espectacularidad, vacuidad, antagonismo, banalidad, rivalidad y abyección. Prima el enfrentamiento, el lenguaje difamatorio entre los actores, la violencia y los desbarres.
El objetivo ajeno al interés colectivo. Se desvía el foco al todo contra todo y la altisonancia.
Mientras tanto el sector formado, experto, profesional y establecido de la opinión y el análisis arrinconado cierra los ojos o simplemente se desliza cómplice por la peligrosa pendiente de la degradación del debate y el “contenido”, sumándose a esa dinámica enfermiza, muchas veces frenética, ausente de toda profundidad y racionalidad, solo para estar a tono y buscar los views, likes y la validación de las masas.
La comunicación y el periodismo de opinión tienen un componente estético y ético que le es condigno, que nos compromete con la sociedad, el análisis de sus problemáticas y la búsqueda de soluciones.
Los que conscientemente se abandonan a la degradación y la chercha por intereses personales o irresponsabilidad no merecen el privilegio de comunicar.
*Por Susana Gautreau
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