
Resulta siempre fascinante adentrarse en el estudio de la historia antigua clásica, especialmente, los acontecimientos en los que se vio envuelta Roma: la República.
En el presente artículo comparto aspectos relevantes contenidos en las novelas históricas de Santiago Posteguillo sobre la segunda guerra púnica, el poder mediterráneo de Roma, la vida de Publio Cornelio Escipión, mejor conocido como “El Africano”, así como aspectos importantes de la vida de Aníbal Barca, el general de Cartago que mantuvo por largos años férreas luchas contra las fuerzas romanas.
La trilogía
Si bien la narrativa es trepidante y los diálogos son ficcionados, la base fundamental de estas novelas se expresa en la conservación del rigor documental en relación a los protagonistas y sus hechos. Los tres libros detallan con sobrada fluidez y precisión más de 20 años de luchas, victorias fulgurantes, derrotas aplastantes, muertes, reconfiguraciones territoriales, en fin, las postrimerías de dilatadas carreras y el surgimiento de nuevos fenómenos políticos.

“Africanus”, el primer libro
La primera obra cuenta los orígenes, la infancia y el proceso formativo de Publio Cornelio Escipión dentro de la aristocracia romana.
Se describen los pesados entrenamientos físicos y concepciones sobre el arte de la guerra impartidos por su tío Cneo Escipión, y las orientaciones intelectuales y políticas de su padre, apodado “El Viejo”, esto para diferenciarlo de su hijo, quien llevaba su mismo nombre. Todo el contexto histórico, donde se producen estos acontecimientos sobrecargados de tensiones sociales y militares en una Roma dubitativa, datan del siglo III a. C.
El gran desafío para las legiones romanas en su choque con el ejército de Cartago —potencias con distintas visiones políticas y culturales alrededor de la guerra— lo constituía la figura de Aníbal por sus avances desde Hispania, por el cruce a los Alpes con elefantes, las derrotas infligidas por éste en Trebia, Trasimeno y la gran masacre de Cannae.
Mientras las derrotas crecían, conjuntamente con el miedo y la incertidumbre, Escipión se desarrollaba como un joven oficial competente, sobrio, determinado, convirtiéndose en un referente moral para sus compañeros. Su capacidad militar y visión estratégica lo llevaron al convencimiento de que la manera más expedita de derrotar las legiones cartaginesas lideradas por Aníbal y sus hermanos, era variando radicalmente el modo de combate.
El autor, en el discurrir del primer tomo y sus extensas páginas, va formando en el lector la idea inequívoca de que el joven Publio Cornelio Escipión es el llamado a liderar una de las etapas más convulsas de Roma, proyectándolo como su héroe y salvador.
“Las legiones malditas”
Este segundo tomo, igual de extenso y minucioso que el primero, y situado entre los años 209 y 202 a. C., narra la etapa central de la carrera militar de Escipión, ya con 26 años, y habiendo sido elegido cónsul para comandar las tropas romanas en Hispania.
Como ocurrió en distintas etapas de la vida militar y política romana, el joven general confrontaba no sólo a los adversarios del campo de batalla, sino a enemigos políticos internos en el Senado de Roma, como el legendario Quinto Fabio Máximo, quien con su portentosa influencia y resortes cercenó muchos de los propósitos ideados por Publio Cornelio en relación a las estrategias de luchas contra Aníbal, enemigo público de Roma.
Una de las ideas más compleja, por la dificultad de su ejecución, adoptada por el nuevo cónsul era la de trasladar la lucha contra los cartagineses a África. Fabio Máximo, a través de intensos debates en el seno del Senado romano, terminó por compeler a Escipión a tomar el mando de las legiones V y VI, consideradas “malditas” porque estaban compuestas por sobrevivientes de la desastrosa derrota de Cannae, y que habían sido relegadas y olvidadas en Sicilia.
A pesar de esas adversidades, y fruto de un esfuerzo tenaz e inconmensurable, apoyado por sólidas estrategias militares, el general Escipión asumiendo, para ese momento, la categoría de procónsul por haber excedido el tiempo en la designación consular, logró el propósito de reducir el impacto de Aníbal y las legiones de Cartago, venciéndolo en la batalla de Zama, y devolviendo así la supremacía, la superioridad y el honor a las tropas romanas.
El último libro
Esta secuencia histórica es completada por la obra “La traición de Roma”, que presenta el ocaso de la vida de “El Africano”, siendo víctima de las felonías e infamias de la propia Roma, muy a pesar de sus conquistas y victorias esplendorosas que permitieron recobrar el orgullo y dominio de la República romana.
A diferencia de las dos primeras entregas, esta novela desarrolla como elemento argumental la postura reflexiva de Escipión movido por las experiencias políticas y los distintos episodios militares vividos. Una profunda ponderación sobre su vida y destino final.
Este cierre de la trilogía no sólo se centra en las guerras, sino que se adentra, con escrupuloso detalle, en la política romana, las intrigas del Senado, las rivalidades de carácter personal con Marco Poncio Catón, y otros tantos cónsules y generales afines al extinto Fabio Máximo, así como en los sacrificios que Escipión y diversos personajes de la política romana hicieron por el poder, la honra y por el mantenimiento de las lealtades.
Estás miles de páginas contenidas en tres voluminosas novelas históricas, nos presentan las actuaciones que la raza humana ha replicado desde el mismo inicio de su existencia y que, por consiguiente, ha dejando desde siempre las mismas cuestionantes: cómo mover los hilos del poder; cómo enfrentar las envidias, los recelos, resentimientos, rencores; cómo actuar ante la injuria, el ataque desproporcionado y desmedido; cómo detectar la traición y sobreponernos a ella, etc.
La historia antigua clásica, en sus múltiples episodios y etapas, nos conectan con los primarios impulsos humanos, por tanto, se hace esencial su estudio para así poder prepararnos ante las eventualidades más gloriosas y gratificantes o ante los desenlaces más lesivos y perniciosos.