La economía de la República Dominicana creció, de acuerdo a los informes del Banco Central, mientras que Latinoamérica y el Caribe experimentaron otro crecimiento menos halagüeño.
Creció la tasa de desempleo juvenil, de acuerdo a un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El fenómeno luce paradójico. ¿Cómo es posible que en la región donde está enclavado nuestro país se produzca tan inocultable desequilibrio? Nuestra economía crece mientras los jóvenes –incluidos nuestros jóvenes– no encuentran un empleo digno en el mercado formal.
De acuerdo a la OIT el problema del desempleo en el sector crecerá más en los próximos dos años.
Seremos la región del mundo con un impresionante incremento de la tasa de desempleo juvenil. Hace un año había 8,5 millones de desempleados jóvenes. Aumentará a finales de 2016 hasta 9,2 millones; y subirá a 9.3 millones el año que viene. De esas estadísticas, ¿cuántos cientos de miles son dominicanos?
Tenemos una bonanza en el crecimiento de nuestra economía doméstica, pero no hay respuesta para los cientos de miles de jóvenes dominicanos que buscan su primer empleo.
Y los que ya tienen ese empleo sufren los embates de la inflación con el mismo sueldo, inamovible durante años. Todo indica que la verdad del Banco Central debería ser más coherente con la capacidad de inserción de nuestros jóvenes en el mercado laboral.