Santo Domingo.- Varias enfermeras que ofrecían servicios en el Hospital Materno Infantil José Manuel Rodríguez Jiménes antiguo Santo Socorro paralizaron, por segundo día consecutivo, sus labores en reclamo por las cancelaciones y suspensiones, sin que hasta el momento estas conozcan los motivos.
Enfermeras que tienen más de 25 años brindando atenciones allí se dieron cuenta de su desvinculación el pasado viernes 24 cuando se disponían a cobrar su salario y no encontraron el pago.
De estas profesionales, algunas estaban laborando y fueron suspendidas desde inicios de mes por tres meses sin disfrute de sueldo, pero no se les notificó.
Mientras que otras estaban en casa con licencias por presentar problemas de salud, entre las que incluyen algunos colaboradores del área administrativa.
Esperan respuesta
Charleny Magallanes, representante sindical, explicó que hoy se encuentra una comisión presidida por la directora de enfermería del referido hospital reunida con Edisson Féliz, director del Servicio Regional de Salud Metropolitano (SRSM) para tratar este tema.
Indicó que esperan se solucione esta situación que afecta alrededor de 20 enfermeras, ya que de no obtener respuesta favorable seguirían el viernes con el paro en el que solo están brindando servicios en el área de emergencia.
Dentro de las enfermeras que estaban apostadas debajo de unas carpas dentro del hospital, se encontraba María Ramona Reyes, quien lleva trabajando en el lugar más de 34 años.
Con visible indignación narraba que se quedó con la boca abierta al ir a cobrar y recibir de regalo de madres que estaba suspendida.
«Tu recibir esa noticia, que usted está suspendida por tres meses sin saber porqué, yo dije pero yo estoy activa trabajando», comentó al tiempo que expresó le dijeron que ella tenía una licencia en el sistema, lo que niega porque se encontraba trabajando con normalidad y no le mostraron esa constancia.
Otra de las afectadas es Oliva Mañón, auxiliar de enfermería con 29 años de servicio y quien tenía licencia por enfermedad al momento de ser también suspendida por tres meses.
Mañón pidió a las autoridades resolver la situación por la que pasan ella y sus compañeras, ya que son muchos años en los que «se comían (atendían) los pacientes».
Al igual que ellas, está Martha Candelario, quien alegó que día por día ha trabajado durante sus 37 años de servicio, por lo que la suspensión la tomó por sorpresa.
«Yo tomo esto como un abuso de autoridad de muy mal gusto, porque están jugando con la integridad de la persona; están jugando con un medicamento que uno deba tomar y todas esas cosas porque usted sabe que con el sueldo que ganamos no podemos decir que vamos a guardar para el otro mes», enfatizó Candelario.
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