Enfermedad cerebrovascular es segunda causa de muerte en el mundo

Enfermedad cerebrovascular es segunda causa de muerte en el mundo

Enfermedad cerebrovascular es segunda causa de  muerte en el mundo

Se define enfermedad cerebrovascular como el conjunto de trastornos de la vasculatura cerebral que trae como consecuencia una disminución repentina u obstrucción del flujo sanguíneo a dicho órgano que puede ser ocasionada por obstrucción o ruptura de sus arterias.

Halley Moya, cardióloga intervencionista de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte a nivel mundial, y la enfermedad cerebrovascular la segunda.

Continúa diciendo que de acuerdo a este organismo internacional, más de las tres cuartas partes de estos fallecimientos ocurren en países de bajos y mediano ingreso, no siendo esto diferente en la República Dominicana, donde el 34% de las muertes son por causa de enfermedades del sistema circulatorio.

Origen isquémico
La especialista explica que el accidente cerebrovascular (ACV), en el 80% de los casos, es de origen isquémico, y es una enfermedad de los vasos sanguíneos encargados de llevar la sangre al cerebro; se produce debido a un coágulo repentino y se traduce como isquemia y posterior infarto del área afectada. Los ACV, conocidos como “derrame cerebral”, pueden aparecer de dos formas: un coágulo que viajó desde otra parte del cuerpo al cerebro, frecuentemente desde el corazón, lo que se conoce como accidente cerebrovascular embólico.

La segunda es el llamado accidente cerebrovascular trombótico que se produce cuando se forma un coágulo en la pared arterial que crece lo suficiente para provocar obstrucción.

En el caso de los pacientes con historia de arritmias como la fibrilación auricular, en presencia de falla cardíaca, en enfermos con cardiopatías congénitas asociadas a defectos estructurales como es la comunicación interauricular, así como la enfermedad valvular mitral, el riesgo de embolia cerebral está aumentado.

Especifica que la quinta parte de los ACV corresponde a episodios hemorrágicos conocidos popularmente como “derrame cerebral”; se producen cuando un vaso se rompe y sangra dentro del cerebro lo que ocasiona una compresión de dicho órgano.

Estos pueden ser secundarios a malformaciones arteriovenosas y aneurismas, hipertensión arterial, tumores y traumas, entre otros.

Los factores de riesgo más importantes son de etiología cardiovascular, siendo la hipertensión arterial la principal causa; se incluyen, además, la diabetes, obesidad, dislipidemia, abuso del alcohol, tabaco, antecedentes de fibrilación auricular e infarto de miocardio.

“Es de vital importancia la educación de la población sobre lo que es la prevención y el reconocimiento temprano de signos y síntomas que puedan indicar que estamos en riesgo de padecer esta catastrófica enfermedad”, enfatiza Moya.

Dice que los síntomas pueden aparecer de forma gradual o repentina, como es el dolor de cabeza de fuerte intensidad, de inicio súbito acompañado de náuseas y vómitos, dificultad para hablar, imposibilidad o dificultad para caminar, parestesia (calambres) de la cara, brazo o la pierna, desviación de la comisura labial, dificultad para ver o ver todo negro de forma abrupta y pérdida de la fuerza muscular, que a menudo afecta solo un lado del cuerpo.

“Uno o más de estos son síntomas de alarma que nos pueden indicar que podemos estar sufriendo un ACV, por lo que se debe acudir al médico de inmediato, aunque desaparezcan”, advierte la doctora.

Diagnóstico
Moya asegura que el diagnóstico se realiza mediante el examen neurológico y las pruebas de imágenes radiológicas; las más utilizadas son la tomografía computarizada, la resonancia magnética y el estudio de flujo sanguíneo regional que aporta información sobre la ubicación de la lesión, su repercusión hemodinámica o determina si el accidente cerebrovascular es isquémico o hemorrágico.

En caso de sospecha de origen cardíaco, se realiza un electrocardiograma para descartar arritmias como la fibrilación auricular y un ecocardiograma para determinar la presencia de coágulos u otras anomalías en el corazón.

Probabilidades
“Cuando el paciente reciba un tratamiento a tiempo se puede cambiar la evolución y pronóstico a corto y largo plazo de esta devastadora enfermedad.

Cuanto más tiempo se demora en recibir tratamiento, más aumenta la probabilidad de discapacidades y daños irreversibles que van más allá del deterioro físico y cognitivo, incluyendo también el impacto económico”.

La especialista concluye diciendo que teniendo en cuenta que esta es una entidad clínica que no discrimina estatus social, y que contrario a lo que popularmente se cree que solo son víctimas de ella “los viejos”, también puede aparecer en etapas más tempranas de la vida.

 

Grandes desafíos

—1— Otros males
La mayoría de los pacientes afectados padecen de múltiples enfermedades, elevando más el costo de la atención.
—2— Daño emocional
La repercusión emocional, desfavorable para el enfermo y familiares, constituye uno de los más grandes desafíos de dicha condición.

El 80% los ACV prematuros son prevenibles
Algo alentador es que la OMS estima que el 80% de los accidentes cerebrovasculares prematuros son prevenibles. Es fundamental la promoción de su prevención y se recomienda a la población:

-Llevar una dieta balanceada, baja en grasas, azúcares y sal.
-Control de la presión arterial y de los niveles de colesterol en sangre.
-Evitar el sedentarismo e incorporar por lo menos 30 minutos diarios de ejercicios
-No fumar.
-Evitar el estrés o aprender técnicas de manejo del mismo.



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