El Día 
Recientemente comenté que a mí me parecían todavía muchos los cuarenta generales que quedarían activos si se convierte en ley el proyecto sometido al Congreso Nacional por el Presidente para modernizar nuestras Fuerzas Armadas.
Pero el buen amigo mío y lector de esta columna Emilio José Brea García va más lejos que yo y me escribe que el problema no es de generales, sino de cuerpos castrenses, y se pregunta: ¿para qué tantos?
Debiéramos tener afirma- una Guardia Civil, rotativa, para evitar el parasitismo y los mercenarios, y de allí podría salir la de simple policía (vigilancia), que al mismo tiempo podría ser tecnificada (judicialmente), con entrenamientos graduales desde los estudios secundarios, lo cual haría de ella una guardia instruida, pero además, preparada para otras contingencias que no sean únicamente las de guerras; como por ejemplo las tareas de salvamento en casos de desastres naturales, la protección de bosques, ríos y todo el medio ambiente.
En vez de comprar Tucano agrega-, que ahora se sabe que no funcionan de noche, podríamos tener helicópteros y muchas lanchas del tipo Zodiac.
Entre toda esa Guardia Civil habría, como en España, una Fuerza Naval (que es el nombre que también nosotros hemos venido pidiendo para la Marina de Guerra por años, ya que la otra es Fuerza Aérea).
Ahora bien prosigue el amigo Brea-, si Costa Rica no tiene Ejército, ¿por qué nosotros si? El nuestro es el segundo ejército del Caribe, luego del de Cuba (a la que le sobran razones, hasta un día).
Las anteriores, digo yo, son ideas que uno sabe no van a ser puestas en práctica, pero ahí las consignamos, por si acaso. ¡Soñar no cuesta nada!
