La mayoría de los niños puede tener una corrección de su defecto cardíaco con terapia de intervención por cateterismo o a través de cirugía cardiaca.
Santo Domingo.- Las cardiopatías congénitas representan las lesiones malformativas de origen congénito más frecuentes y se conoce que por cada mil nacidos vivos, entre 8 y 10 tendrán una cardiopatía y, además, que el tres por ciento de estas se presentará desde la etapa de recién nacido de manera crítica, haciendo necesaria una intervención temprana.
En el caso de República Dominicana, cerca de 1,500 niños nacen cada año con alguna cardiopatía, explicó a El Día la doctora Rebeca Pérez González, coordinadora de la Unidad de Cardiología Pediátrica de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (CEDIMAT).
La cardióloga destacó que el gran problema de esas enfermedades es, que muchas no dan manifestaciones temprano, en ocasiones la dan de forma tardía y muchas son silentes, de ahí la importancia de la evaluación cardiovascular oportuna.
La mayoría de los niños puede tener una corrección de su defecto cardíaco con terapia de intervención por cateterismo o a través de cirugía.
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Importancia de la evaluación cardiaca en niños
La doctora Pérez González explicó hace unos años no era común la evaluación cardiovascular en los niños, a menos que el paciente lo ameritará. En la actualidad, con los avances de la medicina preventiva se conoce lo importante de que el niño tenga una evaluación cardiovascular temprano.
«A menos que los niños no tengan una predisposición, la evaluación no tiene que ser al nacer, pero en el trascurso de la infancia se debe hacer”.
Hay paciente que lo requieren desde el momento del nacimiento, ya sea porque la madre tenga una condición identificada como el lupus y diabetes. «Esos niños inmediatamente nacen, necesita una evaluación cardiaca».
¿Puede ser hipertenso un niño?
Decimos que hay hipertensión arterial infantil cuando los valores de la tensión arterial se sitúan por encima del percentil 95 para la edad, el sexo y la talla del niño, en tres tomas consecutivas.
Su incidencia en los niños está aumentando considerablemente. Puede ser secundaria a otra enfermedad o bien aparecer por un estilo de vida inadecuado.
“Hay niños que pueden padecer hipertensión arterial y que pueden tener presión alta de los pulmones”, explicó Pérez.
La hipertensión arterial esencial, que es la más frecuente, deriva de factores relacionados con el estilo de vida, como son: Sobrepeso y obesidad, que en los últimos 30 años es la principal causa de la hipertensión arterial infantil, sobre todo los que tienen mayor cantidad de grasa en la cintura y cadera.
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A juicio de la cardióloga pediatra, es de suma importancia inculcar la cultura del ejercicio en los niños, para de esta forma combatir el sedentarismo y la obesidad.
Sin embargo llamó la atención de los padres y tutores de que antes de inscribir al niño practicar alguna disciplina deportiva a realizarles una evaluación cardiovascular.
La intervencionista sostiene que en el caso de los niños que practican deportes de alto rendimiento, la evaluación cardiaca previa es obligatoria, aun sin existencia de soplos, pues existen obstrucciones de las vías de salida de la sangre del corazón y trastornos del ritmo que no provocan soplos, incluso no se manifiestan hasta que son sometidos a grandes esfuerzos, debutando como síncopes (pérdida transitoria de conciencia) y hasta muerte súbita.
La evaluación en estos adolescentes debe ser requerida por la institución responsable de su entrenamiento o tutores.
Reconoció que en la actualidad muchas academias deportivas las solicitan como pre requisito de inscripción, pero queda mucho por hacer.
Pérez resaltó que cardiopatía congénita no diagnosticada ni tratada es algo serio, y a diferencia de lo que ocurre con otros órganos, con un corazón enfermo la situación clínica de los niños, en especial, los recién nacidos, cambia rápidamente.
Diagnóstico a tiempo
La experta aseveró que el diagnóstico precoz es el ideal, el cual se puede lograr a través de una sonografía obstétrica rutinaria o ecocardiografía fetal, donde se evalúa la anatomía del corazón del bebé, permitiendo planificar la atención neonatal en el momento y lugar más oportunos y establecer un pronóstico en caso de detectar un defecto cardíaco en el feto.
Es importante tener claro que una lesión cardiaca no tratada puede condicionar la vida futura del infante, pues impide que el corazón se mantenga latiendo bien.
La detección de cardiopatías se lleva a cabo incluso durante la vida fetal, en los primeros días, semanas o meses del nacimiento y muy precozmente se puede planificar el tratamiento médico o quirúrgico.
La mayoría de ellas son susceptibles a corrección total, permitiendo que el niño disfrute de una vida normal.