En Nicaragua se recrudece la crisis

En Nicaragua se recrudece la crisis

En Nicaragua se recrudece la crisis

Las calles de Masaya se convirtieron en un campo de batalla. AP

MANAGUA, NICARAGUA.- Un día después de la nueva suspensión de las mesas de diálogo entre el gobierno de Daniel Ortega y la sociedad civil, y cuando se cumplen dos meses de inestabilidad y protestas, la represión se recrudece en lugares como Masaya, 25 kilómetros al sudeste de la capital de Nicaragua.

Según informó ayer el director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, Álvaro Leiva, tres personas murieron y más de 40 resultaron heridas a manos de fuerzas policiales y paramilitares que pretenden retomar el control de esa localidad ocupada por manifestantes antigobierno desde hace más de tres semanas.

“Frente a este ataque desmedido y no comparable en fuerzas, los ciudadanos están haciendo resistencia física dentro de sus posibilidades porque tienen que resguardar sus vidas”, indicó Leiva.

Las fuerzas afines al gobierno comenzaron ayer a quitar los bloqueos viales que existen desde hace más de tres semanas entre Managua y Masaya con el argumento de que los manifestantes tienen “secuestrada” la ciudad.

Videos divulgados por medios de televisión local mostraron cómo policías y fuerzas parapoliciales disparaban contra las personas que se encontraban en los bloqueos y luego las barricadas y los árboles eran retirados por palas mecánicas.

La Iglesia católica sigue intentando mediar entre los distintos grupos de la sociedad civil y las autoridades, pero el diálogo volvió a romperse esta semana porque el gobierno no acepta que expertos internacionales lleguen para verificar la situación de los derechos humanos, tal y como se había comprometido el 15 de junio.

Este nuevo incremento de las acciones represivas coincide con la llegada a Nicaragua del embajador de los Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, con el objetivo de reunirse con el presidente Ortega.

— El origen
Las protestas comenzaron en el país por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.



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