Organismos de socorro trataban de enfriar el edificio dela empresa textil para poder en su labor de rescate. Elieser tapia
Santo Domingo.-La tarde del lunes transcurría como cualquier otra en San Cristóbal, pero de repente, un estruendo acompañado de estremecimiento, como un sismo, generó incertidumbre en los comunitarios, que llevó a muchos a salir despavoridos de sus hogares.
Se trataba de la explosión, que terminaría con la vida de por lo menos 11 personas, dejando a decenas de heridos y desaparecidos, así como pérdidas materiales cuantiosas.
El humo y la falta de electricidad llevó a que muchas personas que vivían en los alrededores de la zona dejaran sus casas para refugiarse donde otros familiares o amigos.
Sin embargo, al regresar en la mañana de ayer se dieron cuenta que faltaban pertenencias y algunos accesorios del hogar.
De acuerdo con el testimonio de Nicol de la Rosa, cuando llegó a las 10:00 de la mañana se percató de que nada estaba como lo dejó.
Al entrar en su habitación vio que se llevaron la televisión, la computadora, la tablet de su hijo y, además, cargaron con los alimentos que tenían guardados en la nevera.
Pero no sólo fue a las viviendas, sino que también en videos y testimonios de los comunitarios, en algunos comercios, incluyendo los más cercanos a la explosión donde se rompieron los vidrios, saqueadores cargaron con algunas mercancías.
A esto se suma una persona que resultó herida y que le ofrecieron ayuda para llevarla al hospital, despojándolo de sus pertenencias.
Lluvia de piedras
“Sentí como una lluvia de piedras que caía sobre mi casa, dañando parte del techo”, expresó Julia del Monte, residente en el lugar, quien se trasladó a la residencia de una hija por temor a más deterioro de la vivienda.
“Aquí no hubo tiempo de nada, todos salimos para la calle por el pánico.
Lo que estaban eran las piedras cayendo”, dijo Flawer Castillo, al tiempo que agradeció por sólo tener pérdidas materiales.
De su lado, Wilfred Dipré, dueño de Autoadornos El Gordo, mostró cómo vidrios de su establecimiento resultaron rotos por las ondas expansivas de la explosión.
“Uno pensó que era una guerra o algo que estábamos viviendo”, sostuvo Dipré al calificar lo ocurrido como una catástrofe.
Desaparecidos
La devastadora explosión ocurrida en una zona de mercado de San Cristóbal ha dejado el área como si se tratara de una zona de guerra donde unas cinco edificaciones resultaron afectadas y vehículos se quemaron o quedaron debajo de derrumbes.
Allí, al igual que en las afueras del Hospital Juan Pablo Pina reinaba un ambiente de desesperación, dolor, angustia e incertidumbre por parte de los familiares de unas 10 personas que continuaban desaparecidas tras el siniestro.
Y es que el lugar de la explosión es una zona comercial y, por ende, bastante concurrida, situación que se agrava más porque muchos se encontraban comprando cuando todo ocurrió.
Tal es el caso de Ángel Luis Uribe Méndez, quien acompañado de su hija y esposa fueron a comprar a Casa Toledo y no habían sido localizados, según Eddy Fructuoso Méndez, quien dijo que el vehículo de su sobrino estaba quemado fuera del local.
Una madre lloraba sin cesar por su hija Mariela Nova, de la cual, hasta ayer no se sabía si estaba viva.
Con tristeza en su rostro, también Jenny Benzán, pedía que la dejarán ver si su padre era una de las víctimas mortales o con quemaduras graves, pues salió el lunes hacia el lugar y no regresó.
Dolor
— Situación
La explosión que afectó de manera directa unas cinco estructuras comenzó pasadas las 3:00 de la tarde de este lunes y desde ese momento en las calles se podían observar calzados de hombre y mujeres, además, de vidrios de ventanas de comercios.