El pasado viernes fue dada a conocer la lista con 321 aspirantes para integrar la Junta Central Electoral.
Hay muchas figuras conocidas y de permanente accionar en el ambiente público, pero también hay otros profesionales con formación que bien podría servir para fortalecer la estructura de la Junta Central Electoral.
Desde mañana la comisión encargada por el Senado comenzará las entrevistas a los aceptados para este proceso, mientras que más de 71 aspirantes fueron descalificados por diferentes razones.
Ahora lo que la sociedad espera es que los senadores cumplan con lo dispuesto en la ley y que se elijan personas con altas calificaciones morales, profesionales y sin ninguna filiación política.
Existe un clamor colectivo para que la Junta pueda ser dirigida por gente proba.
Reparto o elección
Nadie descarta que sectores diversos medren contra la aspiración de la población a favor de una designación de miembros desprendidos de los intereses políticos o de agendas extrañas de organizaciones que se denominan “sociedad civil”.
La aspiración es que la selección de los nuevos miembros de la Junta sea tomando en consideración que se trate de personas probas, honradas, capaces y con el temple para resistir presiones de los que tienen intereses tanto en el tema electoral como en el registro civil.
Ahora bien, la Comisión Especial del Senado haría el ridículo si finalmente pone de relajo a 321 profesionales que han aplicado y que serán sometidos a evaluación si finalmente se impone un reparto, sin importar los agraciados.