En honor a Iván Rodríguez

En honor a Iván Rodríguez

En honor a Iván Rodríguez

Rafael Chaljub Mejìa

Este viernes primero de septiembre, en el Salón Durán Bracho, del Colegio Médico Dominicano, a las cinco de la tarde, será puesto en circulación el libro titulado: Iván Rodríguez Pilier, testimonio de una vida dedicada a la revolución.

En esa hermosa y bien terminada obra, el propio compañero Iván nos entrega sus memorias. Los familiares, los compañeros de partido y los amigos y admiradores de ese legendario y emblemático dirigente de izquierda, nos vamos a reunir y a compartir con él ese momento emocionante.

Se dice que los actos de un hombre son las páginas de su historia y en las páginas de esa obra vamos a conocer las ideas y, sobre todo, los actos de un militante revolucionario de por vida, de alguien que hizo de la lucha por la liberación nacional y social de los oprimidos la causa esencial de su existencia. De un hombre cuyas acciones son mucho más elocuentes que sus discursos.

Entre los grandes privilegios que la militancia en las filas revolucionarias me ha otorgado, destaco con muchísimo orgullo el haber compartido lugares y experiencias comunes con Iván. Compañeros de armas en la insurrección guerrillera del 28 de noviembre de 1963, de la que van a conmemorarse ahora sesenta años.

Condiscípulo suyo en la academia político militar de Nankíng, cuando el Movimiento Revolucionario 14 de Junio -1J4- nos incluyó a ambos en la selección de cuadros enviados a cursar estudios en la República Popular China entre finales de 1967 y principios de 1968.

Luego, a la desintegración del 1J4, pasamos a militar en agrupaciones revolucionarias distintas, así han pasado los años, las décadas, y jamás las divergencias han sido obstáculos para que la relación de compañerismo y hermandad se mantenga.

Ojalá el mensaje y las lecciones de firmeza y verticalidad política y moral que deben estar impresas en el libro que hoy Iván Rodríguez viene a entregarle a la sociedad, encuentren eco en la conciencia de muchos jóvenes y se decidan a tomar esas enseñanzas como ejemplo a seguir.

Yo me adelanto al acto y desde mi admiración y mi cariño, le rindo honor en estas líneas a ese querido compañero, a él siempre trato de tomarlo como referencia y fuente de inspiración en eso de la perseverancia y la firmeza. Y desde el más profundo aprecio, el más elevado respeto, extiendo mi reverencia a toda la familia del viejo compañero, muy especialmente a la heroína discreta y abnegada, a Miriam, esposa amantísima y compañera puntual e inclaudicable del compañero Iván Rodríguez.