Santo Domingo.-Haciendo “malabares”, así describe Lucrecia Martínez sus hazañas para extender sus ingresos y que les alcancen hasta final del mes.
Martínez, de 35 años, residente en Punta de Villa Mella y madre de dos niños, enfrenta desafíos económicos: cuenta que con un ingreso mensual de 12,000 pesos trabajando en una ONG y se las ingenia para “estirar” su presupuesto.
Reutiliza ingredientes como aceite, carnes y arroz en varias comidas, compra sólo lo esencial y cubre el resto de sus gastos básicos, incluyendo la renta y el transporte.
Élida Santana, de 52 años, vive en Sánchez Ramírez, también se define como “maga” en la gestión de sus finanzas. Con sólo la ayuda del programa gubernamental “Supérate” y una remesa mensual de 250 dólares, Santana optimiza al máximo su alimentación, muchas veces limitándose a una sola comida diaria.
“Mira yo no desayuno, solo cocino a las 12 del mediodía y con ese arroz muchas veces cenamos, y si hay cosecha de buen pan hacemos cena”, cuenta Santana a EL DÍA sobre sus hazañas para manejar su situación económica.
Similar acción, aunque en circunstancias distintas, hace Grimelda Pérez, de 27 años, quien acude al “fiao” en el colmado y préstamos a familiares para completar los gastos mensuales, pese a que tiene dos empleos en el sector formal con salario de 40 mil pesos.
Esas maniobras de ahorro en los alimentos está relacionado con que, en los alimentos y bebidas no alcohólicas, se destina la mayor parte de los ingresos de los hogares, según la Encuesta nacional de gastos e ingresos de los hogares (ENGIH), que refiere que la estructura del gasto de consumo para todo el país, la mayor participación se concentra en los alimentos y bebidas no alcohólicas (21.1 %); siguiendo por importancia el transporte (14.8 %); alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (12.0 %); restaurantes y hoteles (11.1 %); bienes y servicios diversos (9.8 %); salud (7.7 %); muebles y artículos del hogar (4.8 %), educación (4.5 %) y comunicaciones (4.5 %), entre otros renglones.
Los hogares pobres
En la nueva metodología que aplica el Gobierno para medir el bienestar poblacional en el país se clasifican como pobres aquellos hogares que en promedio mensual no alcanzaron un presupuesto de RD$20,055, lo que aumenta el umbral en RD$2,844, haciendo que las líneas reflejan un estándar de vida de mayor calidad comparado con la metodología 2012, cuando el tope era de RD$17,210.
En la última actualización de datos de pobreza, el Gobierno indica que el pasado año la pobreza se redujo en 4.7 % con relación al 2022, al pasar del 27.7 % en 2022 a 23.0 %.
Explica que el ingreso per cápita aumentó en promedio 5,810 pesos en los últimos siete años, pasando de 10,096 pesos al mes a 15,906 pesos; es decir, 530.2 pesos al día.
Según el Boletín de pPobreza Monetaria, un hogar se considera en situación de pobreza monetaria cuando no tiene los recursos suficientes para adquirir una canasta básica de bienes y servicios, tomando como referencia el monto mensual per cápita necesario para cubrir una canasta no alimentaria.
La pobreza general alcanzó su punto más bajo desde 2016, disminuyendo significativamente en 4.7 puntos porcentuales en comparación con 2022, lo que representó un descenso del 27.7 % al 23.0 % , indica el Banco Central.
El descenso colocó la tasa de pobreza monetaria 2.8 puntos porcentuales por debajo de 2019, es decir, al año prepandemia con el dato más bajo.
Esta caída fue posible por el control inflacionario unido al sostenido aumento del ingreso per cápita nominal de los hogares.
En cuanto a la pobreza extrema, se registró un cambio más moderado, descendiendo del 3.8 % en 2022 al 3.2 % en 2023, lo que representa una reducción de 0.6 puntos porcentuales.
Medida
— Plan
Desde mediados del 2023, las autoridades monetarias aplicaron medidas restrictivas para llevar el índice de precio al consumidor en torno al centro del objetivo establecido por el Banco Central de 4.0 % +/- 1.0 %.