Los niños que estaban en el albergue de El Salado imitaron a sus padres y compartieron hasta la poca merienda que llevaron.
Verón-Punta Cana/ Samaná.-La colaboración siempre se manifiesta en los momentos de dificultad, y el huracán María permitió que los moradores del sector El Cajuil, de la sección El Salado del distrito municipal Verón-Punta Cana, mostraran su lado más humano.
En total 95 personas del referido sector fueron alojadas desde el miércoles al mediodía en la escuela María Teresa Mirabal, habilitada como albergue oficial.
A pesar de eso nunca recibieron la ayuda de las autoridades correspondientes;
42 niños, entre ellos recién nacidos, y 53 adultos amanecieron allí acostados en el piso, dos jóvenes madres con hijos de 10 días de nacidos y un mes, respectivamente, “se acomodaron” en el piso porque sus compañeros y parejas les improvisaron “una camita” con sábanas y con un pequeño colchón.
La primera noche (la del miércoles) cenaron lo que pudieron llevar hasta el albergue, ya que abandonaron sus casas rápido porque comenzaron a anegarse ante la crecida del río Anamuya y por temor a quedar a la intemperie ante las fuertes brisas del fenómeno atmosférico.
“Aquí hemos cooperado unos con otros, como buenos amigos, como buenos vecinos”, dijo María Berroa, presidenta de la junta de vecinos Nuevo Amanecer de El Cajuil, y quien era una de la desplazadas.
“De lo que comemos unos comemos todos”, agregó, al resaltar que en ese albergue no había diferencias ideológicas, religiosas o de nacionalidad, ya que allí se juntaron dominicanos y haitianos, así como católicos y evangélicos.
María explicó que allí se trataban “como hermanos”.
Dijo que entre ellos daban prioridad “a los niños y a las mujeres paridas”, porque eran los más vulnerables.
En total, en la pequeña escuela tenían cinco mujeres que habían dado a luz y cuyos infantes tenían entre 10 días y 11 meses de nacidos.
Desafiar el peligro
Oscayri Reinoso es una joven de 20 años de edad madre de tres hijos, el mayor de cinco años, la segunda de dos años y el menor de un mes de nacido, que compartía lo poco que tenía con sus compañeros.
Como ella, Beatriz Bocicó, una nacional haitiana que tenía 10 días de haber dado a luz a un niño, también cooperaba con lo poco que tenía para alimentarse entre todos. Los padres de ambos infantes, como también otros adultos, desafiaron las brisas del huracán y salieron a buscar leche y otros alimentos para sus familias.
Los niños imitaron el ejemplo y repartieron hasta sus galletitas, porque la ayuda oficial nunca les llegó.
Limpian comunidad
En el municipio de Higüey el paso de “María” permitió que las banderías políticas y las diferencias entre comunidad y autoridades se “pusieran de lado” para trabajar unidos.
La mejor muestra la dieron los residentes del barrio La Malena, quienes se unieron a las brigadas de la Alcaldía para limpiar las calles. Los residentes del sector no solo retiraron escombros, sino que participaban en la limpieza de los filtrantes para que no se anegara más el lugar, que es una de las zonas más vulnerables del municipio de Higüey.
El grupo de moradores de La Malena acompañó a la alcaldesa Karina Aristy por otras zonas aledañas y la ayudaron en los trabajos de retiro de escombros.
Aristy describió la acción de los comunitarios, en su mayoría jóvenes, como un ejemplo de civismo y de preocupación por la comunidad y el municipio.
La funcionaria municipal dijo que esa acción “debe ser digna de imitar” por los residentes de otros sectores del municipio, y por todos los dominicanos.
Abandonan albergue.
Tras más de 24 horas de esperar la ayuda oficial, los desplazados a la escuela de El Salado abandonaron el albergue para buscar alimentos.
Reparaciones. El director del distrito municipal Verón-Punta Cana apoyó al sector turístico despejando las vías de acceso a los hoteles.
Tránsito. Agentes de la Amet y la Defensa Civil colaboraban viabilizando el tránsito en Verón.
En Samaná se trabajó en conjunto
En Samaná las autoridades y los organismos de socorro trabajaron en conjunto para afrontar las eventualidades ocasionadas fruto del paso del huracán María.
Durante el paso del fenómeno, miembros de la Defensa Civil acompañados de efectivos de la Armada de la República Dominicana desarrollaban labores de limpieza de escombros en rescates y en el suministro de alimentos para los refugiados en los distintos albergues habilitados en dicha provincia.
“Nosotros les dimos apoyo a la ciudadanía y ellos nos apoyaron a nosotros para que pudiéramos realizar un buen trabajo”, manifestó Moraima Ramón, directora de la Defensa Civil de Samaná.