Quisiera poder ser como los búhos que tienen la facultad por su flexibilidad en sus vértebras y en el músculo del cuello de girar su cabeza hasta 270 grados, abarcando un campo de visión de 360 grados sin moverse de sitio y seguir a su presa con la mirada, esto a fin de descubrir que es lo que nos está pasando, pero no tengo que llegar tan lejos. Lo que se presenta a diario en torno a la problemática nacional, lo que acontece en los Estamentos del Estado, en el mundo del espectáculo, en la sociedad y también en las instituciones religiosas, todos a una nos dan un retrato fehaciente de lo agónica que esta la humanidad y en donde radica el mal.
Quisiera que el tintero estuviera lleno de palabras que reflejaran un escenario más halagueño, pero caramba no nos podemos engañar, creo que la falta de pasión por la vida de oración está haciendo grandes estragos en la humanidad y el pueblo cristiano tiene una alta cuota de responsabilidad. Estamos llamados a interceder ante el Señor por las problemáticas, así de vital es la oración y tan sencillo como eso ¨estamos en otra cosa¨.
Somos una conjunción de espíritu, alma y cuerpo y las dos primeras necesitan como la tercera que alimentarse con sustentos totalmente diferentes pero igual de vitales. El mundo y sus afanes nos arropan y en nuestra agitada forma de vivir solo alimentamos el cuerpo; el espíritu y el alma perecen por falta de vianda espiritual y ambos necesitan nutrirse de quien le dio hálito de vida
El hombre insiste en que no necesita a Dios, muchos hasta lo niegan y no soy quien para irrespetar su elección, solo puedo acotar que hemos sido dotados de dos instrumentos imprescindible para alimentarnos espiritualmente, la Palabra de Dios a través de la Biblia y la oración; de no practicar ambas cosas la comunicación con nuestro creador se pierde y entonces se da un proceso que tiene una gran connotación espiritual: ¨Al que tiene se le dará más y al que no tiene, aún lo poco que tiene le será quitado ¨, eso es lo que nos está pasando.
La sociedad nos necesita, es orando donde se ganan las batallas, aunque muchos no lo crean. Como respuesta de Dios a los ruegos, nacen las ideas y las estrategias para mejorar las acciones.
No recibimos más porque dejamos a Dios como último recurso. Los tiempos actuales demandan oración continua para no caer en tentación. Se hace urgente interceder por este mundo que camina sin fe y sin esperanza. Dios está esperando por nosotros…cultivemos la disciplina de la oración…ahí está el secreto!!