Patria, María Teresa y Minerva Mirabal fueron hace 60 años el detonante, la chispa, que hizo estallar la pólvora de una extendida coyuntura que entre 1955 y 1961 se había estado acumulando alrededor del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El factor económico es radicado por algunos historiadores en 1955, año en el que confluyeron para la celebración de la entonces denominada Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, grandes gastos destinados al relumbrón.
Otro factor de la coyuntura en la que se fue adentrando el caudillo y su régimen lo constituyó la designación de Johnny Abbes García al frente de los servicios de inteligencia, quien le dio un nuevo y nocivo impulso sanguinario a un régimen que no necesitaba aliento en esa dirección.
Los desembarcos de Maimón, Estero Hondo y Constanza, por la calidad de muchos de sus integrantes y la manera en que se les puso fin a sus vidas tras su captura, provocó un rompimiento del que todavía se recogen ecos.
El ascenso al poder en Cuba de la guerrilla de Fidel Castro y el atentado contra la vida del presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, agregaron un factor internacional de mucho peso.
A esta cadena de hechos, muchos de ellos nefandos, se le agregó el asesinato de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, del que se cumplen hoy 60 años.
El pueblo dominicano, no siempre dado a la reflexión, debe hacer un alto en días como este y decirse con aliento, mente y corazón: ¡Nunca más!