En Canadá, la ley en contra de quienes practican la brujería sigue siendo una herramienta legal para juzgar a las personas que ofrecen sus servicios como expertos en las “artes oscuras” a cambio de dinero.
En Canadá todavía está en vigor una ley que, en algunos aspectos, tiene 136 años. Recientemente ha habido dos acusaciones.