Más de 250 familias que habitan en el sector viven en la pobreza, con pocas oportunidades de empleo y servicios básicos.
Brisas del Este, Boca Chica.-Latas, cubetas y fundas son los objetos que utilizan los residentes de Brisas del Este para hacer sus necesidades fisiológicas, ante la falta de sanitarios, letrinas y filtrantes que se requieren para el depósito de los desechos.
Esa comunidad, ubicada a unos cinco kilómetros de la playa de Boca Chica, se ha convertido en un foco de contaminación, debido a que el 50 % de su población lanza las heces fecales a la intemperie.
“Miró para todos los lados y los lanzó lejos”, explica María Rubio, una dama de 64 años que lleva 30 residiendo en ese sector, conocido popularmente como Los Botaos.
La mujer explica que cuando necesita ir al baño se agacha en una esquina de su casa, se cerciora de no ser observada y aprovecha para deshacerse de sus desechos en un solar baldío.
Carencia generalizada
De acuerdo al presidente de la junta de vecinos Luz y Progreso, Domingo Reyes, la mitad de las 250 familias de Los Botaos carecen de baños y sanitarios; ya que no tienen los medios ni reciben apoyo para construirlos.
Manifestó que a principios de este año hicieron un proyecto para dotar a todas las casas de sanitarios, pero solo pudieron construir dos por falta de ayuda del Cabildo.
Eso incrementa la insalubridad en la zona, cuya vulnerabilidad se agudiza por la falta de agua potable, el deterioro de las calles, y la inestabilidad de la energía.
“Cuando llueve esto se vuelve un desastre, porque las materias fecales andan rodando por todos lados”, agregó Kennedy Báez, un joven de 20 años que suplicó a El DÍA colaborar con la difusión de la situación para que las autoridades lo tomen en cuenta.
Abandonados a su suerte
Otro problema que no ha obtenido respuesta es el estado de abandono de las calles. Solo la vía principal está asfaltada.
En el corazón de la comunidad los hoyos y los charcos de aguas negras limitan el paso a los transeúntes, llevando a los pobladores a colocar maderas y piedras para señalar el peligro.
“Nuestras calles son las peores de todo el país, aquí no se puede andar”, dijo Otoniel de Jesús, presidente de la juntas de vecinos Los Cocos, uno de los tres bloques que componen Brisas del Este.
De acuerdo a De Jesús, los moradores del poblado no se han sentado a esperar que los políticos resuelvan, ya que con sus propios recursos han instalado un cableado eléctrico de calidad y construido tres pozos tubulares para obtener agua.
Aunque aseguró que seguirán trabajando poco a poco para mejorar, reconoció que necesitan la ayuda del gobierno central y el comunitario.
Las únicas ayudas que ven son la del Centro de Atención Integral a la Primera Infancia y el Centro Tecnológico Comunitario, que brindan apoyo educativo a niños y jóvenes.
Cabildo reconoce olvido
El abandono del sector fue confirmado por el propio alcalde del municipio, Radhamés Castro, quien reconoció que ese sector ha sido el menos beneficiado en su gestión. Dijo que este año son pocas las obras que allí se han hecho “porque es un barrio pequeño”.
Niños sin acta
Ana Josefina Castillo, maestra de la escuela Mercedes Zapata, denunció que en la comunidad hay unos 39 niños sin actas de nacimientos y 18 huérfanos con poco apoyo, lo que no permite el asenso social de esas generaciones.
En ausencia de play, juegan entre basura
“Jugar vitilla es lo que tenemos que hacer”, expresa Jairo Valdez, de 20 años, quien se queja de la ausencia de centros recreativos, deportivos y culturales.
Los niños y adolescentes practican béisbol en un solar que funciona como vertedero, donde los movimientos son imposibles por la cantidad de basura y pasto en el terreno.
Esto convierte el entrenamiento en un tormento.
En esa condición juegan unos 60 niños, sin apoyo de ninguna entidad, expresó el entrenador de softbol Rafael Taylor. “Nosotros estamos botao”, dijo Taylor, tras demandar la construcción de un play digno para practicar.
*Por Dilenni Bonilla