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Empresas estadounidenses contemplan mudarse a RD huyendo de los aranceles de Trump

Edilí Arias Por Edilí Arias
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📷 La incertidumbre en torno al comercio norteamericano encendió las alarmas de algunas compañías.

Santo Domingo.– La cadena de suministro mira mudarse a República Dominicana como consecuencia de las amenazas de Donald Trump de imponer arancel de 25 por ciento a México y Canadá.

Cuando el director ejecutivo de World Emblem, Randy Carr, se enteró del anuncio del entonces presidente Donald Trump de imponer un arancel del 25% a las importaciones desde México y Canadá, no perdió tiempo.

La incertidumbre en torno al comercio norteamericano encendió las alarmas de la compañía, el mayor fabricante mundial de parches textiles, cuyos clientes incluyen al Departamento de Seguridad Nacional, UPS, la NHL y Levi’s. Con el 65% de su producción concentrada en Aguascalientes, México, Carr tomó una decisión drástica: buscar una alternativa fuera del alcance de los nuevos impuestos.

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“La semana siguiente estábamos en un avión rumbo a… República Dominicana”, dijo Carr en entrevista con CNN.

Como World Emblem, muchas empresas estadounidenses están reconsiderando su red de suministros globales, afectadas por los altos aranceles impuestos no solo a México, sino también a China. En el caso de World Emblem, hasta el 30% de su producción provenía del país asiático, sujeto a un arancel del 30%.

Si bien muchos fabricantes han trasladado operaciones a países del sudeste asiático como Vietnam y Malasia, Carr optó por acercarse a casa.

Fotografía de archivo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mostrando una tabla con aranceles aplicables a socios comerciales de Estados Unidos.
El 2 de abril Trump anunció en el marco del «Día de la liberación» el aumento de los aranceles a decenas de países.

República Dominicana ofrecía una mezcla atractiva: cercanía geográfica, incentivos fiscales a través de sus zonas francas, y una fuerza laboral calificada con costos más bajos que en México.

Una isla que fabrica y compite

La manufactura dominicana ha vivido un auge silencioso. Según datos casi el 20% de la inversión extranjera directa (IED) del país se canaliza hacia el sector manufacturero, solo superado por el turismo. En 2023, la IED creció un 7,1% interanual, captando el 41% de toda la inversión en Centroamérica, de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

Para Carr, la decisión fue clara: “Los aranceles del 25% fueron suficientes para decir: ‘Esto es una locura. Tenemos que cambiar esto ya’”.

Ahora, World Emblem construye una planta de 9.300 metros cuadrados en suelo dominicano, desde donde proyecta producir entre el 30% y el 35% de su volumen global, ahorrando millones de dólares al año.

Zonas francas: el motor oculto

Las zonas francas dominicanas son el corazón de esta estrategia. Con más de 92 parques industriales que albergan unas 850 empresas, estos espacios operan con beneficios fiscales como exenciones de impuestos sobre la renta, exportación, y maquinaria.

Un régimen creado hace casi cinco décadas que ha vuelto a cobrar protagonismo ante el nuevo contexto global.

“La manufactura en República Dominicana no es solo una opción tropical, es una alternativa seria y estratégica”, afirma Marino Auffant, fundador de Auffant Global Advisory, consultora que asesora sobre inversión en el país.

Empresas como Hanes, Timberland, Cardinal Health y Rockwell Automation ya operan desde allí. La cercanía a EE.UU. también es clave: un buque de carga tarda solo tres días en llegar a Miami y cinco a Nueva York, mientras que desde Asia el tránsito puede tomar hasta seis semanas.

Además, el país ha invertido en formación técnica. Las zonas francas incluyen centros de capacitación, y los salarios en el sector son hasta un 30% más bajos que en México.

Una oportunidad con limitaciones

Pero no todo es viento en popa. la isla enfrenta limitaciones estructurales. Con un territorio que representa la mitad del tamaño de Carolina del Sur, el espacio disponible para expandir zonas francas es escaso. La disponibilidad de personal técnico calificado, especialmente ingenieros, es también un reto que el gobierno busca abordar.

“Es una isla pequeña”, resume Stephen Ezell, vicepresidente de política global de innovación de la Fundación de Tecnologías de la Información e Innovación.

“Será difícil que se convierta en una base de producción a gran escala para suplir a Asia, pero su potencial es real y subestimado”.

Desconocimiento: el otro obstáculo

El mayor desafío, es la falta de conocimiento. Pocas empresas consideran a la República Dominicana como una potencia industrial.

Carr lo descubrió por casualidad, aunque hoy afirma que la decisión fue estratégica: “Actuamos con gran rapidez en este caso. Estuvimos todos los días al teléfono intentando concretarlo”.

Mientras el mapa de la manufactura mundial se reconfigura por decisiones políticas, la República Dominicana se posiciona como una opción sólida para empresas que buscan eficiencia, estabilidad y cercanía al mercado estadounidense.

Tal vez el mundo empiece a conocer a la isla no solo por sus playas, sino también por su capacidad para fabricar lo que viste y consume Norteamérica.

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Edili Arias

Edilí Arias, periodista. Especialista en temas de salud.

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