Bloomberg News.-En tanto la Unión Europea refuerza su respuesta a la anexión de Crimea por parte del presidente ruso Vladimir Putin, las empresas alemanas exhortan a la prudencia por temor a que las sanciones dañen sus vínculos comerciales -y la tambaleante recuperación económica de Europa.
La economía más grande de la UE tiene muchas cosas en funcionamiento en Rusia. Volkswagen AG, Siemens AG y HeidelbergCement AG son algunos de los mayores inversores extranjeros en el país, eje económico de una relación cultivada por los sucesivos gobiernos de Berlín.
El minorista Metro AG vende productos de almacén a los rusos, Adidas AG viste a la selección nacional de fútbol, y Deutsche Lufthansa AG vuela a más ciudades rusas que cualquier otro operador europeo occidental.
El presidente estadounidense Barack Obama, que se encuentra en Ámsterdam el día de hoy, advirtió de “consecuencias significativas” para la economía de Rusia si las tensiones no declinan.
Los funcionarios occidentales han manifestado preocupación por los movimientos de tropas rusas cerca de la frontera ucraniana, que podrían agravar la crisis, escribió el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, William Hague, ayer en The Sunday Telegraph.
La UE amplió el 21 de marzo la lista de personas sujetas a prohibiciones de visas y congelamientos de activos a 51 individuos en respuesta a la anexión de Crimea por Rusia.
Ajustar demasiado las clavijas generará oposición. Gernot Erler, el coordinador para las relaciones con Rusia de la canciller alemana Angela Merkel, dijo a Bloomberg News la semana pasada que sanciones duras a los rusos serían contraproducentes y con escasas probabilidades de convencer a Putin de modificar su accionar.
“Esperamos que los políticos piensen verdaderamente en el impacto que tendrán las sanciones”, dijo Ulrich Ackermann, economista internacional principal de la VDMA, una asociación de 3,100 fabricantes alemanes de maquinarias, como Siemens y VW.
“Es importante que evalúen cuál será el efecto no sólo en el país que se quiere castigar, sino también en el que está imponiendo las sanciones”, señaló.
Entre los grandes países que utilizan el euro, Alemania es el que envía la mayor proporción de sus exportaciones a Rusia, 3,3 por ciento, dijo Olivier Bizimana, analista de Morgan Stanley, en una nota de investigación con fecha 20 de marzo.
El comercio bilateral entre los dos países alcanzó 77,000 millones de euros (US$106,000 millones) el año pasado, y la inversión alemana en Rusia asciende a 20,000 millones de euros, según la Asociación Germana de Cámaras de la Industria y el Comercio.
Estos vínculos estrechos distinguen a Alemania de sus socios europeos y, especialmente, de los Estados Unidos, según Bernd Scheifele, máximo responsable ejecutivo del productor de cemento HeidelbergCement AG.
“El mayor riesgo es que los estadounidenses hagan juegos de poder -podrían muy bien hacerlo, dado que tienen un comercio muy limitado con Rusia”, dijo Scheifele a periodistas el 19 de marzo.
“Si el Estado ruso no tiene dinero, todos los proyectos de infraestructura y construcción se frenan”.
Heidelberg, el tercer proveedor de cemento más grande del mundo, alcanzó unos 500 millones de euros de ingresos provenientes de Rusia y Ucrania en 2013, con 21 plantas en los dos países.
Scheifele advirtió que si bien los dos primeros meses del año fueron acordes con las expectativas de la empresa en Rusia, una crisis económica podría cambiar rápidamente la situación.