
Santo Domingo.-La pandemia demostró que lo que funcionaba bien antes, no necesariamente funcionará en la nueva realidad, siendo uno de los principales cambios lo que tiene que ver con lo que se conoce como la liberación de la ubicación.
En síntesis, ya no se puede depender de una ubicación física y se debe estar estar listos para ser flexibles tanto en los procesos de producción como en la atención a clientes.
Otro cambio importante, es que los clientes exigen soluciones más acordes con sus necesidades y no se conforman con ofertas generalizadas. Esto obliga a las empresas a buscar como ser más “inteligentes” para poder ajustar sus productos a estos requerimientos personalizados.
