SAN SALVADOR. Con gran elegancia que la distinguió de los demás, desfiló la delegación de República Dominicana en la inauguración aquí de los XXIV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, San Salvador 2023, antesala de la próxima versión que presentará Santo Domingo en 2026.
En primera línea del desfile quisqueyano figuraron el presidente del Comité Olímpico Dominicano, Garibaldy Bautista; el jefe de misión, José Miguel Robiou, y el asesor del Ministerio de Deportes y Recreación, Miguel Camacho.
El desfile se hizo por parejas abanderados de cada país. En medio lo hicieron por República Dominicana, la boxeadora Miguelina Hernández, medallista panamericana y primera boxeadora dominicana en unos juegos olímpicos, y el judoca Merickson del Orbe, ganador de plata en los Panamericanos de Lima 2019.
República Dominicana, atendiendo el orden alfabético, desfiló en los últimos, elegantemente vestida con guayabera blanca, pantalones azules, calzados negros, y los atletas con tenis de diversos colores.
La gran mayoría de las delegaciones desfiló con los colores distintivos de sus países, de los que diferenció el país que el 8 de julio recogerá el relevo de los juegos para la versión 25, dentro de tres años.
Luminosidad y prevención
Una pulsera lumínica, con el logo de los juegos se distribuyó a todos los asistentes que iluminó todas las gradas cuando se apagaran las luces del «Mágico» González. Encendieron intermitentes con un color blanquecino mientras en el centro decenas de danzantes rodeaban un cuadrado de pantallas que explicaban la cultura, nombres de regiones y ciudades, así como la lengua nativa de El Salvador, Nahuat.
Ante los pronósticos de lluvia, los organizadores entregaron una capa protectora como prevención que evitaría cualquier eventualidad al respecto.
A las afueras del estadio, desde tempranas horas de la tarde, se evidenció un fortísimo dispositivo de seguridad, pero sin atropellos, con soldados portando armas largas y, por supuesto, en las rampas de entrada y dentro del recinto circularon no en demasía.
A varios cientos de metros, dos horas antes del inicio de la ceremonia, había público sin que se le permitiera el paso para el estadio por no tener boletas de acceso, que tuvieron un plaza hasta las 4:00 de la tarde.