La edad es un factor a tomar en cuenta en las presentes elecciones. Hay dos fechas claves: febrero y mayo. En el primer mes habrá elecciones municipales; y en el segundo, se decidirá quien gobernará el país por un cuatrienio que empieza en 2020.

El padrón electoral no guarda secretos y dice claramente el rango de edad de un importante sector de la juventud. Hay cerca de un 30 por ciento de votantes entre 18 y 30 años de edad.

Ese sector está en la mira de los llamados partidos mayoritarios, por el gran caudal de votos que representa en ambos procesos.

Eso ocurre sin desdeñar la otra parte de la composición del padrón electoral. Que está conformado por ciudadanos cuya edad oscila entre 30 y 70 años. Sobre todo porque ese rango constituye la mayoría de los electores inscritos y autorizados a ejercer el voto, dos veces, en los procesos comiciales venideros.

Las promesas, que se traducen en ofertas electorales, tendrán que estar bien enfocadas. La juventud que ha crecido y formado a lo largo del presente siglo no actúa y piensa igual que la de las dos últimas generaciones del siglo pasado.

Las ofertas, en ese orden, tendrán que ser bien pensadas y con fundamento de futuro, para que puedan ser movilizados los votos de esos jóvenes que esperan.

Ya que su decisión será tomada en cuenta en dos oportunidades de sufragio; y las dos convocatorias tienen una gran importancia para el futuro inmediato de esa juventud y de la nación.