El Zika le quitó su salud, pero no la alegría

El Zika le quitó su salud, pero no la alegría

El Zika le quitó su salud, pero no la alegría

María Esther, que nació con problemas cerebrales por el Zika, tiene amor en abundancia. Cristi Tapia

El virus del Zika fue aislado por primera vez en Uganda en 1947, en el bosque de Zika (de ahí su nombre) y se mantuvo lejos del continente americano por muchos años, hasta que hubo una explosión de casos en América Latina a partir de 2015.

República Dominicana no escapó del virus, transmitido por un mosquito tropical que también en la isla es endémico y en 2017 se registraron miles de casos, que en principio no preocupaban mucho porque las personas afectadas podían superarlo con relativa facilidad.

Sin embargo, luego se comprobó que las mujeres embarazadas, que contrían Zika, le transmitían el virus a los fetos y al nacer corrían el peligro de venir con daños cerebrales.

Efectivamente, se estima que al menos unos 300 niños dominicanos nacieron con daños cerebrales por el Zika, siendo la microcefalia solo uno de esos efectos.

 



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