La humareda proveniente del vertedero de Duquesa cubrió gran parte de Santo Domingo por varios días.
*Por: Máximo Manuel Pérez
SANTO DOMINGO.-El vertedero de Duquesa ha sido tan poderoso que cinco gestiones de Gobierno, incluyendo dos reelecciones, y cinco municipales no han podido controlarlo.
Ubicado en una zona densamente habitada del municipio Santo Domingo Norte, este permanente foco de infección continúa causando estragos sin cesar, y como si no tuviera dolientes, desde el año 2002.
En casi dos décadas, Duquesa ha visto pasar, sin ser tocado, las gestiones de los ex
presidentes Hipólito Mejía (1), Leonel Fernández (2) y Danilo Medina,(2). Pero además cinco administraciones de un Ministerio creado en 2002, entre otros fines, para velar por la defensa y protección del medio ambiente.
Igualmente transcurrieron las gestiones de los síndicos, ahora llamados alcaldes, Daniel Lois Calvajar, Jesús Félix, Francisco Fernández y, René Polanco.
Al unísono todos sustentaron sus promesas de campaña basadas en propuestas de solución de ese espinoso problema y al llegar a la posición no hicieron nada.
El actual alcalde de Santo Domingo Norte, Carlos Guzmán, a penas días de instalarse
gestionó y logró una reunión con el Presidente de la República para tratar sobre el recurrente tema del controversial vertedero.
Duquesa, como vertedero, vuelve a la palestra pública y no precisamente por convertirse en una solución al problema de la basura.
Ya no es el cúmulo de desperdicios lo que preocupa, sino su permanente amenaza a la
salud humana y en medio de nada menos y nada más que una Pandemia, el COVID19.
Este lugar, destinado originalmente solo para el vertido de basuras, residuos o escombros recibía el año pasado más de un millón de toneladas de basura sin clasificar y de todo tipo, incluyendo depósitos legales e ilegales.
Aunque nunca estuvo destinado para esos fines, en Duquesa se ha comprobado el
depósito de residuos sanitarios (biológicamente peligrosos), baterías de todo tipo y un sinfín de productos de obligado tratamiento especializado.
Los otrora ayuntamientos, ahora denominados Alcaldías, se empeñaron más en convertirlo en un gran negocio, constituyendo sus propias compañías de recogida de basura o contratando otras allegadas y vinculadas a sus gestiones o intereses.
En estos días recientes, en que toda la ciudad y zonas aledañas son azotadas y amenazadas por una amplia capa de humo contaminado que atenta contra la salud humana especialmente las vías respiratorias y alergias en la piel, enfrentan de manera imponente un recurrente problema que parece no tener fin.
En el año 2000, en la sindicatura de Rafael Subervi Bonilla, el gobierno de Japón donó a la República Dominicana una importante cantidad de recursos para transformar a Duquesa en una planta modelo de residuos sólidos.
Ocho años después, el vertedero de Duquesa inició un programa de reciclaje con la
instalación de un sistema de gas metano que se obtiene a través de la fermentación y
putrefacción de los residuos orgánicos. Este sistema se suponía ayudaría a mitigar los
incendios del vertedero. La basura al fermentar se calienta y produce gas metano, que es inflamable.
Es una mezcla peligrosa la de temperatura, gas y plásticos, basura y toda clase de residuos peligrosos y contaminantes.
El proyecto, que nunca fue implementado tenía como finalidad capturar el gas que se generaría y quemarlo de manera controlada, inicialmente con antorchas y posteriormente para producir energía.
Este proyecto arrancó seis años después, pero el Ayuntamiento de Santo Domingo Norte le canceló el contrato de gestión a la empresa privada que operaba el vertedero (Lajun
Corporation), y entró a operar el vertedero durante seis meses el propio Ayuntamiento de Santo Domingo Norte, el cual introdujo maquinarias pesadas que rompieron todo el
sistema de tuberías para captar biogás diseñado por la empresa francesa Bionersis,
para quemarlo en consorcio con Lajun.
A partir de entonces ha existido un conflicto judicial que todavía no ha sido definido ni se
conoce el curso del mismo.
Cosas Veredes, Sancho