Las semillas de sésamo no sólo proporcionan un sabor exquisito y diferente a nuestros platos, sino que aportan sus excelentes características nutricionales, razón suficiente como para tenerlas a mano en nuestra cocina, sobre todo en hogares con niños, con personas de la tercera edad y embarazadas.
El sésamo tiene más calcio que la leche: 25 g de sésamo cubren el 30% de las necesidades diarias de ese mineral, el 25% de las de magnesio, cobre y hierro y el 20% de las de fósforo, además de aportar el 10% de las proteínas necesarias para un adulto.
Y esa misma ración de 25 g de semillas cubre el 13% de los requerimientos diarios de cinc y manganeso, el 30% de vitamina B1, el 12% de vitamina B6 y ácido fólico y el 10% de vitaminas B3 y E.
Si bien es cierto que no contienen todos los aminoácidos esenciales, las semillas de sésamo, al igual que las legumbres, son muy ricas en proteínas.
Pechugas de pollo con sésamo
Ingredientes
2 pechugas medianas deshuesadas
Sal
Aceite de oliva
3 cucharadas de sésamo
Para el marinado:
1 cucharada de soja
1 cucharada de miel
2 cucardas de aceite de oliva suave
1/2 cucharadita de jengibre rallado
Preparación
1. Cortamos las pechugas a dados, de un tamaño medio. Las ponemos en un bol, sazonamos y añadimos los ingredientes del marinado, la soja, miel, aceite y el jengibre.
Dejamos marinar durante una hora en la nevera. 2. Colocamos los trozos en las brochetas y reservamos el jugo del marinado. En un plato ponemos el sésamo y rebosamos las brochetas.
3. Calentamos una sartén con aceite de oliva, ponemos las brochetas y cocinamos a fuego medio, doramos por todos los lados echándole de vez en cuando el jugo del marinado por encima.