
SANTO DOMINGO.-El paso de los años no ha mermado ni un ápice de la postura crítica de Juan Hubieres en contra de sectores políticos, mafias o abusos de poder.
Su postura noble que esboza al recordar sus primeros años, cambia drásticamente cuando le toca hablar de política.
No se arrepiente de nada, salvo de no haber comprendido antes el funcionamiento del sistema electoral en el país.
Durante años, su compromiso estuvo anclado en la lucha social, las huelgas y el pensamiento marxista. Creyó en la transformación por la vía de la presión popular, en la revolución de masas y en el poder de la calle. Pero el tiempo y la experiencia, le hicieron comprender que la lucha política también se libra dentro de las urnas, y que ignorar ese terreno fue, según sus propias palabras, “una locura de juventud”.
Inicios políticos
Formado en el Movimiento Popular Dominicano (MPD), Hubieres fue parte de la generación que organizó comités de lucha, frentes estudiantiles y movimientos barriales contra la represión balaguerista.

“El MPD era el grupo más combativo de este país con luchas de masas”, recuerda. En ese contexto, las elecciones eran vistas como un terreno contaminado: una distracción del verdadero objetivo revolucionario.
La caída de la Unión Soviética, a inicios de los años noventa, lo enfrentó con el derrumbe de sus referentes ideológicos. “Cuando cae la Unión Soviética, cae también el movimiento internacional… eso nos golpeó”, admite. Ese vacío lo obligó a replantearse la táctica y a mirar hacia el sistema político dominicano, donde la izquierda, debilitada y fragmentada, apenas sobrevivía.
Durante esa etapa, Juan Hubieres reconoce que le costó desprenderse del prejuicio contra la participación electoral. Aunque el Moreno (Maximiliano Gómez) planteó en los años 70 la unidad de toda la oposición, no creíamos en eso.
Pensábamos que todo debía venir de la calle”. El tiempo demostraría que esa decisión le cerró oportunidades: “Si hubiera entendido antes el sistema, habría intervenido en política electoral mucho antes”, dice, sin rodeos.
Visión del liderazgo
Su análisis histórico combina memoria y desencanto. De Juan Bosch valora su visión de la “dictadura con respaldo popular”, pero asegura que “Bosch no quería volver al poder… tenía temor de los americanos y de la clase media que lo traicionó”.
De Balaguer, en cambio, destaca su inteligencia política, aunque lo ubica en el origen de una corrupción estructural: “Balaguer era un político que sabía comprar fidelidades; creó sindicatos paralelos, entregaba guaguas y prebendas… y así desarmó la oposición”.
Sobre Peña Gómez mantiene una mezcla de respeto y crítica: reconoce su capacidad de movilización, pero afirma que el PRD de los noventa “no quería ganar las elecciones, sino impedir que el PRD volviera al poder”.
En ese ambiente, Hubieres participó activamente en el proceso electoral, pero terminó desencantado al ver cómo las luchas de la gente eran negociadas en despachos: “Yo entregué todo lo que tenía… y cuando vi el fraude, comprendí que muchos estaban en esto por puestos, no por el pueblo”.
Crisis de diputado
Tras años de docencia universitaria y sindicalismo, Hubieres decidió postularse a diputado.
Fue electo por su natal provincia de Monte Plata. Pero su paso por la Cámara de Diputados lo colocó de frente con una realidad que no imaginaba.
“Cuando llegó diciembre, repartieron más de dos millones de pesos en efectivo y bonos”. En lugar de sumarse, organizó una rueda de prensa y expuso públicamente los fondos que recibían los legisladores. “Me acusaron de todo… menos de maricón o narcotraficante”, ironiza.
“Pero andar predicando una cosa y hacer otra no es correcto”. Desde entonces, su discurso se ha movido entre la crítica al poder y la exigencia de reformar las bases del Estado.
Denuncia con igual fuerza a los gobiernos del PLD, del PRM o del PRD. Para él, la corrupción no es coyuntural, sino sistémica. “Desde Trujillo el país vive con un solo ladrón a la vez: él robaba todo y los demás aplaudían”, resume con mordacidad.
No se considera un político tradicional ni un moralista. “De serio no tengo nada…”, dice entre risas, para luego agregar: “Lo que sí tengo es memoria, y no voy a callar cuando vea que el país se hunde”.
Nombre: Juan Hubieres
Edad: 70 años
Lo que es
Una de las figuras de mayor impacto en el activismo político y el movimiento sindical en el país.