Ahora que ingresamos en la segunda quincena de diciembre, última del año, el ambiente festivo será cada día más envolvente.

Si el gobierno terminó de poner en manos de los servidores públicos el sueldo trece y la parte privada de la economía ha hecho otro tanto, ya para estos días las cajas registradoras del comercio han tenido la ocasión de comprobarlo.

Hay que ser prudentes y ahorrativos, pero no excesivamente tímidos. Cautos, pero no tacaños.

El dinero es el combustible de la economía en sociedades abiertas como la nuestra y, a decir verdad, con el bolsillo abultado por los ingresos extra parece improbable que la gente sea alcanzada por los llamados a la moderación.

El Ministerio de Interior y Policía también ha sido ganado por la brisa navideña que desde el inicio de la semana se ha hecho notable en gran parte del país.

Ayer, nada menos, dio a conocer la ampliación de los horarios para el expendio de bebidas alcohólicas, que podrán venderse en establecimientos hasta las 2:00 de la madrugada, de domingos a jueves, y hasta las 4:00 de la madrugada viernes y sábado.

Lo implícito en este anuncio es que los centros de diversión pueden operar en el horario referido, con tal de que se ajusten propietarios y parroquianos a las reglas establecidas por el Gabinete de Salud, que llama a evitar aglomeraciones de personas y tumultos para evitar rebrotes del Covid-19.

No hay que olvidar que estamos bajo condiciones de pandemia y que el cuidado de la salud personal es tan importante para el bienestar del país como poder contar con actividades sociales y económicas vigorosas.

Tenemos que vernos en enero en buen estado de salud y, de ser posible, con algo del alegre tintineo del dinero extra de diciembre en el bolsillo para entrarle con bríos al nuevo año.